Las elecciones pasadas en Sucre, capital de Bolivia, y Quillacollo, provincia cochabambina, para elegir a nuevos alcaldes municipales, fueron duro golpe político para el Movimiento Al Socialismo, cuyo jefe es el presidente Evo Morales, porque fueron elegidos representantes de dos partidos opositores que estuvieron decididos a luchar contra el secante centralismo que quiere opacar las autonomías en cada región del país.
En Sucre, ciudad que aún recuerda las masacre de la Calancha cuando allí se realizaba la Asamblea Constituyente encargada de elaborar el proyecto de la nueva Constitución Política del Estado, caló profundo porque los sucrenses asistieron a las urnas para derrocar al MAS, teniendo como candidato a Moisés Torres Chivé, de la agrupación Líder que faltando pocos días para las elecciones recibió apoyo de Unidad-País, que retiró a su candidato para hacer frente al postulante del MAS que recibió apoyo incondicional de Evo Morales entregando obras en aquella ciudad.
En Quillacollo, una ciudad importante en Cochabamba, el partido gobernante soportó fuerte revés por el triunfo de Unidad Nueva Esperanza (UNE), teniendo como candidato a Charles Becerra al lograr el 38 % de votos frente a Miguel Guzmán, con 37 %, diferencia muy estrecha, pero, al fin, triunfo del candidato opositor que tiene alguna relación con el ex alcalde Héctor Cartagena, ganador en las elecciones del 2010, pero defenestrado por el gobierno de Morales, que le obligó a renunciar visiblemente enfermo por la presión que recibía.
En días previos al acto electoral en Sucre y Quillacollo, Evo Morales se convirtió en jefe de campaña entregando algunas obras y dejando dinero para otros proyectos, con la pretendida sumatoria de votos a favor del MAS, extremo que no llegó a torcer la consciencia de miles de sucrenses y quillacolleños que apoyan a Charles Becerra, un abogado que deberá hacer frente al centralismo y al retaceo económico, como expresó Celima Torrico, jefa masista en Cochabamba, que no habrá respaldo financiero si acaso es elegido un opositor; aunque esa información se apresuró a desmentir.
La derrota del MAS en Quillacollo se hizo más patente, porque el candidato del Movimiento Sin Miedo (MSM) René Fernández, tercero en votación con 34,63 %, se mostró satisfecho por el resultado “porque hubo 100 mil ciudadanos que me apoyaron, pese a no tener adecuado financiamiento”, dijo.
Con los resultados obtenidos en Quillacollo por los sectores opositores: 38 % para el ganador y 34,63 % para el MSM, liderado por Juan del Granado, la resistencia sumó 72,63 % de votos que muestran con claridad el fracaso de Evo Morales en Quillacollo, supuestamente, el sector fuerte del masismo, obligado a un cambio de conducta en interior del partido gobernante. Admitida la derrota, el Presidente Morales y el Gobernador cochabambina, Edmundo novillo, expresaron que apoyarán a las nuevas autoridades municipales.
En Pazña, un cantón pequeño enclavado a 80 kilómetros al sur de la ciudad de Oruro, partido oficialista ganó, con Efraín Esteban Peñafiel, teniendo como contendiente a un representante del Movimiento Sin Miedo. Allí participaron algo más de mil electores.
(*) Periodista
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