Cuidado con los juegos pirotécnicos en Año Nuevo

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

Siendo los juegos pirotécnicos una de las expresiones de júbilo y fiesta, por la luminosidad y la aparente alegría que provoca en los espectadores cuando sus destellos impactan la visión nocturna, es bueno conocer qué es lo que dejan esos elementos químicos al explotar en el medio ambiente, más que todo ante la proximidad del Año Nuevo cuando la población recurre a estos artefactos explosivos para hacer más pomposa la celebración.

Diversos estudios de reconocidas entidades ambientalistas advierten sobre el impacto de éstos fuegos artificiales en el medio ambiente, pues éstos juegos son mucho más que pólvora, ya que para conseguir los distintos efectos y colores se requieren mezclas con múltiples compuestos químicos: bario para los tonos verdes, estroncio para los rojos, sodio para los dorados, aluminio para chispas plateadas y blancas, antimonio para los destellos. Entre sus ingredientes, algunos estudios detectaron el uso común de perclorato de potasio o de amonio como oxidantes.

Las partículas que se desprenden tras las explosiones se precipitan a la tierra y también contaminan las aguas.

Existen celebraciones en el mundo donde los niveles de contaminación que dejan las chispitas en el cielo, cada año, se pueden comparar con el daño que se genera al medio ambiente a partir de los gases que emanan del parque automotor, según estudio practicado por la Oficina Federal de Medio Ambiente de Suiza.

En zonas cercanas a espacios naturales estos espectáculos tienen otros impactos negativos. Por un lado, pueden suponer una fuente de estrés para la fauna. Pero, sobre todo, en determinadas circunstancias, constituyen un grave riesgo de incendio, y en las ciudades está comprobado que las detonaciones ahuyentan a los perros que por temor se esconden y otros comienzan a aullar.

SALUD

Los daños para la salud humana, como consecuencia de la manipulación de juegos artificiales son también preocupantes, siendo los riesgos más frecuentes, los accidentes productos de las detonaciones, cuando en más de una ocasión se han reportado cercenamiento de manos y daños severos en el rostro de quienes tuvieron la desdicha de encender los explosivos.

Al margen está el efecto que producen en el sistema respiratorio los gases tóxicos que se desprenden de los fuegos artificiales.

Fuente: LA PATRIA