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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 Anomia “hasta sus últimas consecuencias” - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
Un hecho que ha golpeado con marcada frecuencia este año es la falta de respeto a la ley, el desconocimiento a la norma y la imposición de la conducta arbitraria y abusiva. Es lo que se suele denominar “anomia”. Como todo mal crónico, el origen se remonta al pasado; pero es evidente que su recurrencia ha recrudecido en los últimos años, tal vez siguiendo el ejemplo exitoso en la conquista del poder.
Sin normas no hay convivencia pacífica. Se retrocede al estadio primitivo de la jungla donde impera la ley del más fuerte. El león, el rey de la selva, es el símbolo emblemático de la ferocidad y la fuerza. El hombre o el grupo social que recurre a la fuerza para conseguir lo que quiere actúa como un salvaje incivilizado; más cerca de la bestia que del ser humano. Sucede lo que decía el poeta: “perdían los débiles, ganaban los malos…”
Desde los tiempos remotos la humanidad trata de reemplazar la razón de la fuerza por la fuerza de la razón. Es casi toda la historia de las naciones en su lucha por los valores y principios como elementos rectores de la conducta individual y colectiva. Para la verdad, la razón y la justicia tanto vale una persona como una multitud. No porque lo digan muchos la mentira se convierte en verdad. O a la inversa, la verdad no se transforma en mentira. En ese marco de valores y principios se desenvuelve la democracia respetada.
La anomia que se contrapone a ello tiene diversas manifestaciones. Desde un conductor que no respeta el semáforo hasta el Mandatario que lo “mete nomás”. Pero la que cierra calles y caminos es una de las más crueles y perjudiciales. Durante todo el 2011 hemos soportado inermes ese flagelo. Casi cada día una “organización social” ha salido a bloquear la carretera. Y, curiosamente, en ninguna agenda figura como problema. La mediocridad ministerial, que es por lo menos en parte la causa del espantoso desorden, luce indemne y blindada.
Un precepto constitucional (Art. 21, inciso 7) dice que los bolivianos tenemos derecho “a la libertad de residencia, permanencia y circulación en todo el territorio nacional…” ¿Pero quién nos garantiza el ejercicio efectivo de ese derecho? Si la máxima referencia de autoridad legal no funciona, ¿a que otra entidad debemos recurrir? Los uniformados juran- lo mismo que las autoridades civiles- respetar y hacer respetar la Constitución, pero a la hora de la verdad no se acuerdan. Incluso ellos también suelen bloquear. Todos bloquean. Si este es uno de lo “cambios” que los masistas tanto pregonan, bien merecería el repudio nacional.
Con la anomia a cuestas, parece que ya vamos tocando fondo. Alentados por el propio Gobierno, los cocaleros se vuelcan contra una ley recién promulgada, y una diputada afirma sin asco que ése “es un derecho ciudadano”. De allí para abajo, lo que hagan o digan los demás, ya no debe asombrar a nadie. Ahora último el camino de Cochabamba a Santa Cruz fue bloqueado durante 12 horas, exigiendo anular una norma que protege el Parque Nacional Tunari. Como es un derecho infringir la ley, lo lograrán sin duda. La policía se mantuvo ajena. El Gobierno también.
(*) El autor es pedagogo y escritor.
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