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Domingo 18 de diciembre de 2011

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Revista Dominical

Un libro que refleja la Alta Tierra de los Urus de antaño

Memorias de Oruro

18 dic 2011

Fuente: LA PATRIA

Por: Dehymar Antezana - Periodista

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Las ciudades, los pueblos, los países tienen a través de sus habitantes, gente que se encarga de escribir su historia, a quienes se les denomina historiadores y publican textos que sirven de referente, acerca de los hechos más resaltantes que se vivieron en determinadas épocas.

Sin embargo, también hay aquellos que escriben la historia desde su perspectiva, desde su modo de entender la realidad en un determinado momento a través de hechos concatenados, que en sí gira en torno de su vida y cuyos textos son conocidos como diarios.

Pero hay otras personas que al margen de escribir su historia personal, también contextualizaron la época con una determinada característica del lugar donde vivieron, ese es el caso particular de Emily Kaufmann, una súbdita Israelí que por azares del destino llegó a la ciudad de Oruro a fines de 1800 y se quedó a vivir, por enamorarse de la tierra del gringo y del gitano.

Es que a través de esos hechos narrados, que la escritora Marcia Batista motivada por el ímpetu de la extranjera logra proyectar un libro, que muy pronto estará en los vitrales de la capital titulado “Memorias de Oruro”.

La autora comentó que “Memorias de Oruro” comenzó a escribir desde que comenzó su carrera como escritora y refleja precisamente la historia de Emily Kaufmann, quien se encarga de hacer el relato de las memorias de Oruro, que no precisamente es un diario personal.

La súbdita es el personaje principal del libro, que relata su llegada a la ciudad del Pagador desde la Baviera junto a la comunidad judía. Hace una saga de los judíos en el mundo y toma a través de sus escritos todas las impresiones de la vida y de las cosas, durante su paso en esta existencia terrenal.

Kaufmann comienza a hacer la descripción de la ciudad desde 1889, pero no solo lo describió sino que también se encargó de tomar fotografías de esa época.

Si bien no hace muchas representaciones de la urbe en detalle, menciona algunos aspectos que ayudarían a contextualizar al Oruro de antaño, como las casas hechas de techos de paja de finales del siglo XIX.

Describió a Oruro y a su paisaje como algo muy profundo, destacó también a su gente, porque la calidad humana era muy superior a la actual y a comparación de otros lugares del mundo, por ello decide quedarse en esta tierra.

Ella decide quedarse aquí, pese a que vivía en Baviera, una ciudad muy adelantada en su época de 1881, ya que su urbe tenía parques, museos en las calles. Llega a Oruro y encuentra otro mundo, las calles con tierra, sin árboles y consideraba que era simplemente una ciudad de paso, considerando que nadie quería cuidar la ciudad.

También se anotició en que en 1889 se destruyeron en Oruro, muchos edificios históricos de gran importancia arquitectónica y que estaban vigentes incluso desde hace dos siglos antes de su llegada. Hace una descripción y una autocrítica, del porqué no puso su granito de arena para cambiar en algo la historia de Oruro, porque para el ser humano es más fácil criticar que construir. Por ello, ella repite que no se escapa de los humanos, porque considera que todos son de la misma especie.

También dejó como legado la extranjera, las fotografías de sus parientes, el retrato de la personalidad de sus padres, sus primos. Pero, la esencia principal fue hacer la descripción de las características de la época, con fotografías.

Batista señaló que de alguna forma el libro tiene algo de historia, porque se muestra la saga de los judíos, que se convierte en el único pueblo mencionado por Kaufmann.

“Es histórico de cierta forma porque rescata elementos de la historia, y no precisamente porque yo tenga el interés de escribir historia”, afirmó.

BUSCH

Otro detalle que llama la atención, es el relato que hace de Germán Busch, quien fue presidente de Bolivia en el periodo de 1937 a 1939.

Ella, nos referimos a Emily que muestra a Busch como una figura histórica y hace una tesis sobre la muerte del ex presidente, según la historia el joven político se suicidó después de la celebración de un cumpleaños de uno de sus parientes, sin embargo, Kaufmann manejaba la hipótesis de que su cuñado lo había matado tras el festejo.

Para Batista, Emily hace una relación en sus memorias de la vida de Busch, porque en 1935, el militar gestionó la instalación de una colonia en el trópico de Cochabamba, financiada por uno de los barones del estaño, como Mauricio Hoschild, quien tenía descendencia judío inglesa con raíces alemanas.

Hoschild se casó con una alemana, la hija de un banquero en Frankfurt (Alemania), emigran a Inglaterra para luego posicionarse en Bolivia.

Kaufmann habla en sus memorias de la ciudad de Oruro, refiriéndose también a la moda de la época, la publicidad que estaba vigente en ese entonces, y no precisamente en un relato como diario. Emily dejó sus memorias, como el relato de las experiencias que quiso que queden para que otras personas puedan conocerlas, comentarlas, soñarlas y vivirlas a través del relato.

“Es una persona rica en experiencias que está recordando todo lo que vivió. Normalmente nosotros cuando conocemos a las personas ancianas, mucha gente dice que siempre repiten las mismas historias, entonces, Emily es una persona anciana que va repitiendo la historia de acuerdo a lo que va recordando, y decía Oruro era así en aquellos tiempos y lo vuelve a decir”, señaló Batista.

El libro Memorias de Oruro, es de alguna manera la valorización de la forma en que las personas de la tercera edad se expresan, porque mucha gente que está en este mundo dinámico, caótico piensa que no hay tiempo para nada, y menos para escuchar a las personas ancianas, porque consideran que hablan lento o van repitiendo los temas de conversación.

Batista considera que el no saber escuchar es un grave error, porque al aprender a escuchar también nos vamos enriqueciendo con historias de la ciudad, por ello el libro comienza con el relato de cuando Emily Kaufmann era niña y termina también en su época de infante.

Si bien Emily no quiso dejar un mensaje específico, mostró el testimonio de lo que vivió y de lo que pudo percibir a lo largo de su vida. Ese testimonio sirve también para entender cómo ella vivió su propia existencia.

Definitivamente es un libro que traerá muchas sorpresas en cuanto al Oruro de antaño e historias con personajes que incluso fueron olvidados por los bolivianos.

Batista promete mucho en “Memorias de Oruro” y estamos seguros que será un valioso aporte para conocer más sobre una ciudad que en su momento fue tan importante por su pujanza y porque desde aquí, la Alta Tierra de los Urus, se manejaron los destinos del país, para dirigir un rumbo que en su momento tuvo otros fines.

Un libro que reflejará el tesoro de la ciudad que no se supo valorar en su época y que si esas memorias descriptivas las tendríamos físicamente, Oruro sería aún más una urbe atractiva y continuaría siendo la tierra enamorada del gringo y del gitano.

Fuente: LA PATRIA
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