La economía boliviana marcada toda la gestión por la macro cifras divulgadas por los organismos del Estado muestra al final del año dos situaciones muy interesantes, por un lado una macroeconomía saludable, pero por otro una deuda pública interna y externa que sobrepasa los ocho mil millones de $us.
Las explicaciones sobre el tema tienen sus particularidades dependiendo donde se originan y que fines buscan alcanzar, por ejemplo en el plano oficial se relieva el hecho de que nuestras reservas estratégicas han crecido como nunca antes había registrado ese ítem nuestras cuentas fiscales. Empero en el lado más realista de quienes esperan mejores condiciones de vida, ese proceso macroeconómico no ha llegado al bolsillo de la mayoría de bolivianos.
Como referencia especial días atrás la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) visitó a las autoridades del Gobierno y sectores empresariales para compartir un informe de la entidad dependiente de las Naciones Unidas en el que se muestra datos sobre la buena salud de la economía boliviana.
El referido informe señala que “Bolivia ha emprendido un camino muy importante para la región único e irrepetible que se traduce en estabilidad macroeconómica, reducción efectiva de la pobreza y la desigualdad” elogios que por supuesto han sido muy bien recibido en los niveles superiores.
Se formularon también algunas recomendaciones que señalan por ejemplo la existencia de una macroeconomía sólida, pero al mismo tiempo que es urgente reforzar la microeconomía, un aspecto que seguramente será tomado en cuenta sabiendo que en este último rubro están incorporados los grandes contingentes de pequeños y medianos empresarios que hacen posible el avance del país, sin causar problemas ante el índice de desempleo vigente.
Ahora bien la otra parte de la situación económica, según los entendidos en el rubro de las finanzas, no deja de preocupar si por informes directos del Banco Central de Bolivia (BCB) la deuda pública interna y externa del país hasta el primer semestre del año presente (junio) oscilaba por encima de los ocho mil millones de dólares. Una suma realmente preocupante.
El mismo informe del BCB establece que nuestros principales acreedores son la Corporación Andina de Fomento (CAF), Venezuela y el Banco Mundial. Venezuela el país amigo es nuestro principal acreedor con un saldo de 410,8 millones de dólares a noviembre del 2011. La deuda multilateral del país con la CAF era de1.205 millones de dólares, seguido por el Banco Mundial con 308 millones de dólares.
El balance de apreciación de la economía boliviana puede mostrar factores muy positivos si se trata de tomar en cuenta las reservas estratégicas que tenemos e indirectamente representan una garantía frente a la deuda global que acumuló el país y que en su momento será exigible por parte de entes financieros como el BM, la CAF o el gobierno venezolano, pero que de uno u otro modo incidirán en el movimiento de los recursos de uso práctico para encarar obras de desarrollo.
La economía puede ser saludable, incluyendo las “reservas estratégicas”, pero lo que falta, según los sectores mas necesitados de la población es que por lo menos parte de esos recursos lleguen a los sectores más necesitados, a esos que todavía no se han beneficiado con fuentes de empleo y que no saben los alcances de las super cuentas y menos de la deuda nacional.
Fuente: LA PATRIA
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