Lunes 12 de diciembre de 2011
ver hoy
La educación en las instituciones educativas de nuestro país constituye un espacio privilegiado para que los sujetos que actúan en ellas identifiquen problemas que se están presentando entre los diversos grupos sociales y se cuestionen acerca de las posibles alternativas para adoptar comportamientos menos destructivos tanto en el contexto escolar, como el local y el nacional.
Bajo esta perspectiva los docentes nos vemos presionados pos distintos grupos sociales para contribuir a formar estudiantes en una cultura que intente revertir tales problemas a través de una educación que les ayude a apropiarse de un conjunto de conocimientos, habilidades, valores y actitudes con las que se construyan nuevas formas de interacción con otras personas y con ellos mismos.
La violencia social y familiar, el narcotráfico, el secuestro, la explotación del trabajo infantil, el robo, la modificación de la estructura familiar, la discriminación de género, el alcoholismo, la discriminación a los sujetos con capacidades diferentes, la valoración de las personas por lo que poseen en bienes materiales, la corrupción, entre otros problemas, han ido tomando un lugar que va desplazando a la solidaridad, la cooperación, la tolerancia, el respeto a la diferencia, la ayuda mutua, la convivencia respetuosa, la honradez, la valoración del trabajo intelectual y manual, la paz, la tranquilidad, la confianza, la seguridad emocional y material.