Lunes 12 de diciembre de 2011
ver hoy
Tarde o temprano cada uno llegará a convencerse de que ni la ciencia, ni una comunidad religiosa ni las muchas palabras de los demás le ayudan a encontrar la Verdad. Todos los esfuerzos externos pueden ser impulsos para reflexionar, para que nosotros mismos encontremos el camino hacia la Verdad. Si seguimos las huellas de nuestros sentimientos, sensaciones, pensamientos, palabras y actos, de nuestras inclinaciones, reacciones, también de nuestro afán de pelea, hostilidad o cosas similares, llegaremos a conocernos a nosotros mismos. Esto es lo que tiene importancia.
Pues el camino hacia la verdad se recorre únicamente a través de nosotros mismos y no a través de otros. Tendremos que reconocer que las verdades que aprendemos de los libros nos habrán ayudado, sin embargo un libro sobre la Verdad nunca nos conducirá a encontrarla realmente. Los libros y las palabras sobre la Verdad son de gran ayuda e indicadores de camino, pero no nos proporcionan la certeza que buscamos. Esta la podemos alcanzar únicamente en nosotros mismos sin que podamos aportar ninguna prueba externa para ello. Cada uno de nosotros tiene que lograr la seguridad de que esto es así.