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Domingo 11 de diciembre de 2011

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Cultural El Duende

EL MUSICO QUE LLEVAMOS DENTRO

11 dic 2011

Fuente: LA PATRIA

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Richard Wagner

Wilhelm Richard Wagner. Leipzig, Reino de Sajonia, Confederación del Rin, 22 de mayo de 1813 – Venecia, Reino de Italia, 13 de febrero de 1883.Compositor, director de orquesta, poeta, ensayista, dramaturgo y teórico musical del Romanticismo. En sus óperas (dramas musicales) asume también el libreto y la escenografía. Pionero en las obras de arte total, sus composiciones muestran textura contrapuntística, cromática y armónica con uso elaborado de los leitmotivs. Es pionero del color orquestal (cambio de los centros tonales).

Entre 1849 y 1852 plasmó la mitad de su tetralogía El anillo de nibelungo e introdujo formas operísticas tradicionales en Los maestros cantores de Núremberg. Su ópera Tristán e Isolda dio inicio a la música contemporánea. Edificó su propio teatro, el Festspielhaus de Bayreuth donde se representó Anillo y Parsifal.

Wagner sufrió exilio político, vivió relaciones amorosas turbulentas, pobreza y huidas constantes de sus acreedores. Sus opiniones lo convirtieron en personaje polémico.

A sus siete años fue inscrito en la escuela Wetzel de Possemdorf, y aunque no podía ejecutar una escala correcta, prefirió interpretar oberturas teatrales de oído. Estuvo influenciado por Shakespeare y Goethe. Beethoven y Mozart se convirtieron en su inspiración.

En 1829 conoció a la soprano dramática Wilhelmine Schroder-Devriente; en ella halló su ideal para fusionar música y drama. A sus veinte años compuso Las hadas, que no se estrenaría hasta 1884, poco después de su muerte.

En 1836 se casó con la actriz Christine Wilhelmine Minna Planer. Tres años después, sumidos en deudas, los esposos escaparon de sus acreedores hacia Londres. En el camino sufrieron una tormenta que le inspiró El holandés errante. Cuando tuvo la oportunidad de volver a su país, dijo: La primera vez que vi el Rin, con cálidas lágrimas en mis ojos, yo, pobre artista, juré fidelidad a mi patria alemana. Sin embargo, su estancia en Dresde terminó pronto por su implicación en un movimiento político izquierdista. Wagner pasaría los doce años siguientes en el exilio.

Otras dos fuentes de inspiración en el creador fueron: las obras del filósofo Arthur Schopenhauer, quien afirmaba que la música es la expresión directa de la esencia del mundo, una voluntad ciega e impulsiva y, la poeta Mathilde Wesendonck, esposa del comerciante de sedas Otto Wesendonck, quien puso a disposición del compositor una casa de campo durante cinco años, tiempo en que Wagner se enamoró de la esposa de su patrón y se inspiró Tristán e Isolda.

En 1861 le levantaron la prohibición política. El compositor se estableció en Biebrich (Prusia), donde compuso Los maestros cantores de Núremberg. Se separó de Minna quien murió cuatro años después. Wagner no asistió al funeral debido, según él, a un dedo inflamado.

En 1864, el rey de sólo 18 años de edad, Luis II de Baviera, conoció a Wagner y le invitó a Múnich, pagó sus cuantiosas deudas, avaló la representación de sus obras y apoyó sus nuevas composiciones. La presentación de Tristán e Isolda fue dirigida por Hans von Bülow, cuya esposa Cósima (hija de Franz Liszt) dio a luz a Isolde, hija de Wagner. El episodio amoroso escandalizó a la corte del rey, lo que le obligó a abandonar la ciudad.

Cósima se divorció de Büllow hasta después de tener dos hijos más con Wagner: En la Navidad de ese año, el maestro le dedicó el poema sinfónico Idilio de Sigfrido. El matrimonio con Cósima en 1870 duró hasta el final de su vida.

En 1882 Wagner sufría severas anginas de pecho. Con actitud premonitoria, mientras se representaba Parsifal, entró en secreto en el foso de la orquesta, tomó la batuta del director Hermann Levi y dirigió la obra hasta su final. Tiempo después, falleció a causa de una crisis cardíaca. Su cuerpo fue repatriado e inhumado en el jardín de Wahnfried, su villa en Bayreuth.

El caso Wagner

Wagner fue prolífico escritor. Entre sus obras aparecen Arte y revolución (1849); Ópera y drama (1851), El judaísmo en la música (1850), Contra la vivisección (donde se opone a la experimentación con animales - 1979) y Mi vida (1880).

Su influencia en la literatura y la filosofía fue significativa debido al empleo proteico del monólogo. Los simbolistas lo vieron como un hierofante místico; los decadentes encontraron más de un motivo para el escalofrío en sus obras.

Nietzsche entabló amistad con el compositor en la década de 1870; su obra El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música, propone las creaciones de Wagner como el renacer dionisíaco de la cultura europea en oposición al racionalismo decadente apolíneo. Sin embargo, el filósofo rompió relación con él después del primer Festival de Bayreuth, porque creía que sus últimas composiciones complacían la piedad cristiana y denotaban sumisión al Imperio alemán. Su postura aparece descrita en El caso Wagner y en Nietzsche contra Wagner.

Baudelaire, Mallarmé y Verlaine adoraban a Wagner. Thomas Mann, Marcel Proust, James Joyce, T.S. Eliot, lo analizaron en sus obras. No están ajenos Lawrence, Beardsley, Romaind Rolland, Gérard de Nerval, Pierre-Auguste Renoir y Rainer María Rilke.

Su especulación sobre los sueños es anterior a Freud.

Según Theodor Adorno, la música cinematográfica tomó la razón del leitmotiv de Wagner para anunciar héroes o situaciones que orienten al espectador en la comprensión del argumento.

Con referencia a la religión, el compositor afirmaba que ésta guía la vida interior lo que la monarquía para el mundo exterior. Entre 1848–1852, aun cuando estaba enemistado con el cristianismo, habla de la fe como fundamento de la dignidad humana o la fuente de todo arte.

Adolf Hitler admiraba a Wagner y vio en sus óperas la encarnación de la nación alemana. Los nazis usaron parte de su pensamiento en su propaganda. Se sabe que composiciones suyas vertieron melodías en el campo de concentración de Dachau para reeducar a los presos políticos por la exposición a la música nacional. Situación similar pasaría en los campos de exterminio durante aquella Segunda Guerra Mundial.

Fuente: LA PATRIA
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