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Domingo 11 de diciembre de 2011

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Cultural El Duende

Anatomía de una manipulación (o dos)

11 dic 2011

Fuente: LA PATRIA

TAMBOR VARGAS

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Primera de dos partes

Casi siempre lo que sucede repercute en el lenguaje: no sólo porque éste puede reflejar los cambios en la realidad, sino también porque puede utilizarse para alcanzarlos. Y si nos referimos a quienes pretenden controlar el mundo (con su gente, naturalmente), para lograr sus fines más temprano que tarde han de practicar alguna manipulación de la lengua común. Con todo ello, suele convertirse en un terreno abonado de la lucha por el poder (lo que Gramsci, queriendo dorar la píldora, llamó por la ‘hegemonía’, ejemplo clásico de lo que desearía mostrar). Con demasiada frecuencia, dichas manipulaciones acontecen sin que la mayoría tenga noticia de ellas, lo que viene a facilitar todavía más el trabajo de quienes –por algo será– trabajan detrás de las bambalinas del teatro del mundo.

En este caso me interesa ver qué ha sucedido con el ‘nazismo’ en manos de los supuestos ‘antinazistas’. Empezaré buscando brevemente qué nos dicen algunos diccionarios que tengo a mano bajo aquél término; después, me fijaré en su múltiple evolución desde su derrota en 1945, con su casi ilimitada ampliación a los más variados contextos y con su generosidad semántica, rasgos que acaban haciéndolo altamente sospechoso.

En la segunda edición revisada del diccionario alemán-español de Grossmann (1948), se da como equivalente de Nationalsozialismus “racismo, hitlerismo” y traduce Nazi por “nacista” (grafía que no ha logrado prosperar, reemplazada por ‘nazi’ prácticamente en todas las lenguas). Para el diccionario español de Martín Alonso (1958), el nacionalsocialismo es un “Partido político alemán…[que] Tenía como doctrina fundamental la grandeza de Alemania y preconizaba la lucha contra el marxismo y el semitismo”; no incluye ‘nazi’, sino ‘nazista’ como “adepto del nazismo”; y para ‘nazismo’ remite a la palabra completa (nacionalsocialismo). En el Petit Larousse (1959) se nos dice que el Nationalsocialisme sería una “Doctrina… que unía las tendencias raciales y militaristas con las realizaciones sociales. (Opuestas al marxismo y estrechamente nacionalistas…”; mientras que explica Nazi como abreviación de National-sozialist (sin explicar su precisa genealogía) y remite al artículo “Nationalsocialiste” (“quien pertenece al nacionalsocialismo”), para nazisme remite a “Nationalsocialisme”. Mucho más recientemente, el Concise Oxford Dictionary (2001) entiende por National Socialism “la doctrina política del partido Nazi de Alemania”; pero en la entrada Nazi distingue entre un sentido histórico (“miembro del Partido Socialista Nacional Alemán de los Trabajadores”) y un uso peyorativo (“persona de extremadas opiniones racistas o autoritarias”); más interesante, da también su interpretación etimológica: “abreviatura que representa la pronunciación de Nati- en Nationalsozialist ‘Socialista nacional’, probablemente por analogía con Sozi de Sozialist ‘Socialista’”

Creo que de este paseo podemos deducir tres consideraciones.

la derivación ‘nacionalsocialismo’ / ‘nacionalsocialista’ del alemán Nationalsozialismus / Nationalsozialist, resulta una traducción torpe, por incurrir en calco servil: si las lenguas anglosajonas tienden a anteponer el adjetivo al sustantivo, en español sucede lo contrario, por lo que sería mejor decir ‘socialismo / socialista nacional’ (sustantivo + adjetivo). Es como si alguien tradujera Volksdemokratie como ‘populardemocracia’, en lugar de ‘democracia popular’; o Stadtregierung como ‘municipalgobierno’ y no ‘gobierno municipal’. Etcétera.

2) el origen de ‘nazi’ que los ingleses quieren ver como pronunciación de las dos primeras sílabas de Nationalsozialist es aberrante, pues sólo funcionaría desconociendo que en alemán no da lugar a nazional, sino natsional; en cuanto al paralelismo propuesto Sozi/Nazi, resulta morfológicamente más plausible, pero a fin de cuentas postula una base falsa, pues acabamos de ver que no existe aquel presunto paralelismo fonético.

3) la metástasis semántica que ha conocido el concepto de ‘nazi’ pide mayores esclarecimientos, pues resulta un buen ejemplo del uso irresponsable que se viene haciendo del término, lo mismo que sucede con otros del vocabulario político contemporáneo bienpensante (‘racismo’, ‘xenofobia’, ‘discriminación’, ‘odio’, ‘tolerancia / intolerancia’ y un largo etcétera).

Continuará

Fuente: LA PATRIA
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