Una gran comisión mixta integrada por representantes de nuestra Cancillería y la de Chile han cumplido los términos de un acuerdo para revisar de forma conjunta los problemas fronterizos que afectan a los dos países y que se producen generalmente por incursiones irregulares de ciudadanos de poblaciones fronterizas en amplios sectores generalmente despoblados.
Hay que recordar que no hace muchos días atrás vecinos de una localidad orureña denunciaron la remoción de hitos por parte de súbitos chilenos, situación que en realidad ha motivado el trabajo de la comisión mixta que debe analizar todas las denuncias conocidas y los problemas que se producen en la extensa frontera entre Chile y Bolivia.
Se cumplió la XII reunión del Comité de Fronteras e Integración con trabajos inicialmente en mesa, revisión de mapas, documentos y otros esperándose una acción más directa en los lugares donde se producen los reclamos, una tarea de acción física que permitirá objetividad en el trabajo para establecer con claridad el delicado problema por ejemplo del movimiento de hitos.
Lo interesante de esta reunión conjunta es que “existen coincidencias plenas en lo que atañe a la seguridad fronteriza” según el cónsul de Chile en Bolivia y la ratificación de altos funcionarios de nuestra cancillería, hecho que permite avanzar de manera práctica en el establecimiento de condiciones para eliminar las causas y efectos de “afectaciones” en los límites fronterizos de ambos países. Los hitos deben ser respetados para garantizar la territorialidad.
En Chile no desconocen, ni niegan que una de las corrientes comerciales más importantes, especialmente en el norte chileno, se genere desde Bolivia con un intenso movimiento económico que es prácticamente legal en lo que atañe propiamente a su desarrollo, por ejemplo en Iquique y su zona franca de donde los comerciantes bolivianos adquieren la mayoría de su mercadería. Sin embargo se produce otro comercio “subterráneo” en el mismo y enorme mercado, pero que elude ciertas reglas y utiliza las fronteras para introducir igual mercadería, pero de contrabando, ese asunto no le interesa mucho a Chile pero sí a Bolivia por las connotaciones de una millonaria evasión tributaria, facilitada por la ausencia de control en la extensa zona fronteriza.
Casi de manera paralela al tratamiento del tema de fronteras entre Chile y Bolivia, Intendentes (gobernadores) de las localidades de Arica, Tarapacá y Antofagasta, las tres del norte chileno, han planteado a su gobierno central (en Santiago) establecer limitaciones para el ingreso de extranjeros en la región señalada argumentando que una presencia inusitada de extranjeros (bolivianos y peruanos) alteran los servicios de salud y educación en esas ciudades por una sobrecarga de demanda que perjudica a los naturales de la región.
El caso será analizado pero tomando en cuenta que precisamente en las intendencias se observa que el flujo migratorio es importante para el movimiento económico del norte chileno, por tanto propiamente admitido y más bien motivando un cambio en las estrategias de atención en los servicios que supuestamente resultaren afectados.
Bajo esas alternativas se espera que los resultados de otra reunión de límites entre Bolivia y Chile defina ciertas condiciones que favorezcan a los dos países en las condiciones de su efecto, que por supuesto es de orden financiero, aunque con agravantes muy serias cuando se utiliza la frontera desguarnecida para generar millonario contrabando que sólo afecta a un país.
Fuente: LA PATRIA
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