La publicidad promotora de la bebida alcohólica, hoy por hoy, se constituye sin duda alguna en el mayor culpable del excesivo beber, porque consigue con esa presión entrampar en el embudo de los excesos en particular a los más jóvenes.
El cinismo de la presión publicitaria, de poderosos grupos económicos, que no buscan nada más que su propio beneficio a costa de la salud corporal, mental o espiritual de los consumidores, hace aparecer sus “patrocinios”, como si fueran actividades altruistas o benefactoras, cuando esa influencia publicitaria está produciendo no sólo generaciones de bebedores a temprana edad, sino una gama de problemas anejos como deserción escolar, creciente aumento de trastornos mentales, suicidios, embarazos precoces.
Mientras los fabricantes y expendedores de bebidas intoxicantes siguen amasando fortunas a costa de la salud del público, los Estados deben asumir las consecuencias emergentes del excesivo beber y el consumo de sustancias, aunque no logran hacerlo en toda su magnitud, ya que si no tuvieran la ayuda de congregaciones religiosas católicas, de otras confesiones cristianas y asociaciones de voluntariado, que brindan asistencia a personas con problemas de alcoholismo y sustancias, y, a las víctimas de tal abuso, esta sobredemanda se elevaría a cifras impensables.
Los numerosos estudios a lo largo del mundo respecto de los hábitos de consumo de bebidas alcohólicas y tabaco entre los adolescentes señalan que el principal factor de riesgo, el factor más influyente es la publicidad. Para nadie es desconocido el hecho de que la estrategia publicitaria de los fabricantes y comercializadores de dichos productos tiene como principal eje la captación de nuevos consumidores particularmente entre los adolescentes y jóvenes.
Al respecto, la Asociación Pionera de Abstinencia Total mundial, declaró que deplora la extensa y engañosa publicidad de las bebidas alcohólicas mediante la televisión, en los eventos deportivos, los "anuncios publicitarios" en la prensa escrita, la radio y otros medios electrónicos, debido a que ésta muy ingeniosa promoción de las bebidas alcohólicas, está ejerciendo una fuerte presión sobre las personas jóvenes y en aquellas con tendencias alcohólicas, para engancharlas en la bebida con los daños ya puntualizados.
La Asociación Pionera de Abstinencia Total, ha estado constantemente pidiendo a las diversas gestiones legislativas nacionales una Ley que norme la fabricación, el expendio de bebidas embriagantes, la restricción de la publicidad de bebidas alcohólicas, la total prohibición a que ésta sea asociada con el deporte y la inclusión de una "advertencia de salud" en todas las botellas, latas y anuncios de bebidas alcohólicas. Solicitud hasta la fecha sin repercusiones.
En 2001 la Asociación de Pioneros del Sagrado Corazón de Abstinencia Total de Bolivia, introdujo dos premios nacionales que han captado la atención del público: el Premio Nacional de Sobriedad que se otorga a la persona o grupo que hace la contribución más significante a la sobriedad en el país y el Premio Personalidad Pionera del Año, éste último, instituido para premiar a nuestros miembros por su excelente contribución en las esferas social, cultural, deportiva, política, comercial, religiosa, etc.
Estos premios se entregaron por primera vez el 28 de diciembre de 2001, aniversario fundacional de la Asociación Pionera en Dublín, Irlanda.
El sacerdote jesuita Bernard J. Mc Guckian, Director Espiritual internacional de la Asociación Pionera ha dicho al respecto: “Estos premios bajo el amparo de la Asociación en Bolivia son únicos” añadiendo que–por supuesto guardando las debidas proporciones y objetivos-“desde el principio, funcionan de una manera similar al Premio Nobel o los Oscares. Son nominados personas o grupos que se considere han contribuido significativamente a la sobriedad en la comunidad. Un jurado independiente, de personalidades distinguidas en Bolivia, decide el ganador”.
Son dos lustros de aliento moral a periodistas, profesores y establecimientos educativos, médicos y terapeutas, asociaciones, centros de rehabilitación, agentes pastorales, y todos quienes de una y otra forma promueven la sobriedad.
Mientras no retorne la moderación a la sociedad, mientras no regresemos a los valores familiares tradicionales, mientras la sana disciplina no vuelva a nuestros hogares, los Premios Nacionales de Sobriedad seguirán siendo relevantes, de la misma forma que seguirá siendo relevante el carisma pionero de la templanza.
(*) Director Nacional Pioneros de Abstinencia Total
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