Loading...
Invitado


Domingo 27 de noviembre de 2011

Portada Principal
Cultural El Duende

Bohemia Sucrense

27 nov 2011

Fuente: LA PATRIA

El académico de la lengua, Luis Ríos Quiroga, trata temas romántico-regionales del clavel, el pasado heroico de Chuquisaca y las pasiones que motivaron la creación poético musical de la ínclita ciudad de los cuatro nombres

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

Novena y última parte

En Peña Illapa, los propósitos eran los mismos y en ella sus integrantes no estaban para uniformarse dentro de los mismos patrones plásticos, literarios, filosóficos. Estaban allí para contactarse con la gente diversa de su ciudad ofreciéndole una gama de tendencias y orientaciones.

Si bien la peña no quería reducirse a la cosecha literaria de quienes avanzan con la probada solidaridad de un grupo, no dejará de mencionarse lo difícil de esta empresa frente a la mirada pétrea de la mayoría de las instituciones culturales en Sucre y frente a la mirada indiferente del ambiente. Sin embargo, habían guerreros:

Carlos Morales y Ugarte, fallecido el 14 de febrero de 1976. Ex ministro de Estado, ex catedrático de la Universidad de San Francisco Xavier. Nacido en Cotagaita en el departamento de Potosí, vivió en Sucre desde su más tierna edad.

La Y colocada entre sus apellidos, explicaba que la puso para destacar el cariño que le profesó a su madre.

Ministro de Trabajo y Salubridad durante el gobierno de Enrique Hertzog, hizo dividir aquel despacho en los ministerios que en la actualidad existen.

Ejerció por treinta años la cátedra de Medicina Legal, tanto en la facultad de Medicina como en la facultad de Derecho, llegando al sub decanato en ambas facultades. Fue fogoso militante Saavedrista y ardiente defensor de la autonomía universitaria.

La frescura, la luminosidad y el reiterativo tono de su prosa, hallaban permanente inspiración en temas que reviven la personalidad de escritores que conocía. Los temas eran tratados con elementos austeros, coherencia de imaginación y con valores rítmicos de armonía en la prosa. A esto hay que añadir su experiencia de hablista y la virtud de maestro conductor de juventudes hacia el templo de Apolo. La palabra de Carlos Morales y Ugarte es como una bocanada de aire fresco, decían discípulos y amigos comentando su palabra sapiente y bella.

Como buen guerrero, adoptó el pseudónimo de Fray Machete, ahuyentando a querubines y no dejando cabeza enhiesta de muchas mentalidades aldeanas que suelen abundar en ciudades pequeñas.

Los que hemos conocido personalmente a Miguel Ángel Turdera, podemos representárnoslo ante circunstancias muy diversas: era tan desenvuelto, pronto e inventivo, que en ninguna ocasión le faltaba el ademán conveniente. Siempre salía airoso y burlón como buen sucrense.

Compartiendo la suave ironía de Miguel, estábamos Ignacio Mendoza, Rúber Carvalho y Luis Ríos Quiroga. A veces y las más, con la gravedad en filigrana a través de la burla, las otras, al contrario, con la burla en filigrana a través de la gravedad opinábamos acerca de figuras y situaciones de este mundillo de trastienda que desarrolla nuestra ciudad y que Rúber con la risa de sus ojos que miraban espontáneamente riendo, respondía sin malicia en la mirada redondeada. Entonces, el charango de Ignacio y la guitarra de Édgar Antezana, con las sílabas y sones populares de cuecas y bailecitos nos invitaban a denunciar la felicidad e infelicidad de las gentes de pueblo: Al río me he de ch’ultir, negrita color canela, piquito de filigrana y otros del cancionero popular.

Carlos Condarco Santillán, visitante de Illapa, era un poeta admirador de las literaturas clásicas que sabía de memoria versos de Martín Fierro. Publicó el poemario Agraz con prólogo del Dr. Carlos Morales y Ugarte. Amigo de Lucrecio y Verlaine, conocía como pocos la métrica y los secretos del soneto. En una noche bohemia, escribió estos ingeniosos versos:

Es mi amigo y el mucho

Lucho,

doctor es en desvaríos

Ríos,

y es doctor aún sin toga

Quiroga,

Su barca lírica boga

en mares de poesía

y mi amistad mucho fía

en Lucho Ríos Quiroga.

Illapa celebraba solemnemente su aniversario de fundación en mayo de 1967 con invitados importantes que usaban de la palabra. A sugerencia de algún socio se creó la bandera de la institución nombrando padrinos a los miembros de la familia Morales-Cuéllar, que en 1979, entregaron aquélla: sobre un campo azul marino (símbolo de la inteligencia), artísticamente bordados los dos cerros tutelares de Sucre, en medio de los cuales se levanta la Campana de la Libertad que al tañer emite rayos (significado del nombre Illapa) que ilumina un libro abierto.

Peña Illapa también se reunía en la casa del doctor Morales y Ugarte, primero en el domicilio de la calle Aniceto Arce, después en el domicilio del parque Bolívar para sentirse fervoroso de la naturaleza.

Entre sus miembros podemos citar a Mariano Arrieta y Julio Orías, padrinos de bautizo de Illapa, en cuyas colitas de recuerdo, se podía apreciar una guagüita con dientes y bigotes muy arropada en pañales; Julio Benítez, Miguel Domingo Saucedo, Francisco Mina Morales, Emilio Villegas, Isabel de Villegas, Alfredo Michel (Michelín), caricaturista, Nanet Zamora, Ignacio Mendoza, Guillermo Serrano, Humberto Zamora, José Manrique, administrador de la revista Crisol, Hugo Andrade.

LA ACADEMIA DE LA MALA

LENGUA CHUQUISAQUEÑA

La Academia de la Mala Lengua Chuquisaqueña, hace siete años fundada, se reunía en la casa del poeta Claudio Peñaranda, en cuya acogedora salita adornada con mantas de manola y en el piano vertical donde seguramente estrenaron cuecas y bailecitos, el grupo La Mañana, el artista Fidel Torricos, repasaba aquel cancionero y Coralí Peñaranda, hija menor del poeta, interpretaba tangos. En el domicilio de Luis Ríos Quiroga, en la calle Junín, suele don Gunnar Mendoza en medio de la alegría del grupo, tañer la guitarra con gusto exquisito. Y en la casa de de Hugo Poppe Entrambasaguas, en la calle Bolívar, la Academia se reúne últimamente.

La Academia estimula el ingenio sucrense principalmente que juega con su luz como broches de diamantes.

En una de las reuniones y en el afán de contribuir a elaborar un diccionario de regionalismos, se discutió sobre el significado de la de la palabra quechua q’ajchalo.

Alguien expresó que era masculino de q’ajchala; otro, el sinónimo de un académico nuestro; hasta que finalmente el académico Víctor Calderón Reyes, dio el significado exacto: q’ajchalo –dijo– es el don juan de la birlochas. El académico muy conocido por estas correrías se puso de pie, para agradecer con una venia profunda la alusión a las facetas alegres de su vida.

El cielo de la Academia de la mala lengua está cuajada de estrellas refulgentes que emiten su intensa luz de ingenio en las inolvidables noches de bohemia: Hugo Poppe Entrambasaguas, Manuel Giménez Carrazana, Fidel Torricos Cors, Lorgio Duchén Alcalá, Luis Ríos Quiroga, Gonzalo Gantier, Luis Chopitea (Chopico).

Las distinguidas damas Teresa de Poppe, cultivadora del arte musical, Julia Elena Fortún, antropóloga e investigadora del folclore, Beatriz Rossells, antropóloga e investigadora de la situación social de la mujer y Rosario Arrieta, periodista, son quienes hacen perdurar las características del pueblo sucrense.

Fidel Torricos, destaca con méritos propios en el ingenio y en la magistral interpretación en el piano del repertorio de Claudio Peñaranda y José Lavadenz. Fidel Torricos, en este aspecto, es el ángel de la guarde de la música popular sucrense.

La Academia no tiene presidente ni directiva electa, porque como indica el socio Dr. Hugo Poppe, las malas lenguas de sus integrantes, tienen carácter ad perpetuam, es decir, duran más allá de la muerte o como indica otro socio, el Dr. Manuel Giménez Carrazana, las lenguas de tanto uso requieren ya de medias suelas.

Si la Academia Boliviana de la Lengua tiene la divisa Limpia, fija y da esplendor, la Academia de la Mala Lengua Chuquisaqueña tiene la suya: Estimula y da Escozor. Estimula el ingenio y da escozor para la anécdota, el chiste oportuno y para recordar las letras auténticas de cuecas y bailecitos sucrenses.

Chopico en algunas reuniones, aparece disfrazado de árabe o cura de provincia, comunicando variedad de noticias como aquella que don Joaquín Gantier tiene memoria extraordinaria, tan extraordinaria, que inclusive se acuerda en la historia de fechas inexistentes.

Gil Imaná Garrón, ingresó a la Academia con un trabajo que muestra el dibujo de una lengua atravesada por un ají arivivi. Gonzalo Gantier con unos versos dedicados a la Academia.

Fin

Fuente: LA PATRIA
Para tus amigos: