Warning: inet_pton(): Unrecognized address in /home/lapatri2/public_html/wp-content/plugins/wordfence/vendor/wordfence/wf-waf/src/lib/utils.php on line 28
Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 El amor no es celoso - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
El historiador Lecky afirma que el mundo está regido por los ideales. Un ideal, si es práctico, tiene la capacidad de movilizar. Con gran frecuencia, el heroísmo y la generosidad de los jóvenes son seducidos por empresas mundanas y aún irreligiosas, que les abren las puertas, precisamente para desarrollar ideales. Con acierto, el Siervo de Dios P. Tomás Morales, S.I. recordaba que a nivel católico, en los últimos tiempos “hemos tenido uno de los laicados más mediocres de la humanidad”. “Los laicos, en grandísima parte, han organizado el protestantismo que paraliza a la Iglesia Católica en tantas naciones. El comunismo creó el imperio más grande de la historia, el gran imperio rojo, y el comunismo está constituido sólo por laicos. No hemos sabido, no se nos ha enseñado a manipular el interruptor, a manejar el resorte para movilizar el laicado católico, imprimiéndole conciencia de responsabilidad”.
Por otra parte, “¿cómo está la Iglesia –se pregunta el P. José María Iraburu- allí donde un grupo de laicos que crea en la doctrina católica sobre Jesucristo, la Virgen, los ángeles, la Providencia, la anticoncepción, el Diablo, etc., y se atreva incluso a “defender” estas verdades agredidas por otros, sea marginado, perseguido y tenido por integrista? Se ven duramente resistidos, marginados, calumniados. Mientras otras obras, quizá mediocres y a veces malas, son potenciadas, ellos están desasistidos y aparentemente ignorados por quienes más tendrían que apoyarles” (Infidelidades en la Iglesia).
Es triste el hecho, muchas veces repetido, de que seglares que destacan en el servicio del Señor, son vistos por algunos como un entrometimiento o invasión.
Cuando San Pablo dice que “el amor no es celoso” (1 Corintios 13, 4), él quiere decir que el amor no tiene envidia. La envidia es un mecanismo de defensa que usamos para evitar enfrentar el hecho de que no somos el número uno. El Aquinate dice que la envidia es sentir dolor por la buena fortuna del otro. Los fariseos que envidiaban mucho a Jesús, primero iniciaron una campaña de murmuración: “Conocemos a su padre y a su madre, gente común y corriente”. Después lo rebajaron a Él y a sus obras: “cura en sábado”, “echa demonios en nombre de Belcebú”. Cuando este método no funcionó recurrieron a campañas de difamación: “es samaritano”, “está endemoniado”, “come con pecadores”, implicando que Jesús era uno de ellos. Y como la envidia crece hasta convertirse en odio, los fariseos mataron a Jesús de la manera más cruel posible: en la cruz, y no creyendo que eso era suficiente, lo despojaron sañudamente de su reputación crucificándolo en medio de dos ladrones.
La envida procede de la soberbia, porque el soberbio no puede sufrir superior o igual alguno, por eso, los celos tienen un aspecto malo y feo, que pueden significar envidia, el deseo de ocultar un mal personal o de apariencia, un bien propio inexistente.
Jesús denunció las motivaciones de los corazones de los fariseos; su carencia de pureza de intención, el pecado interno de soberbia espiritual que lleva al engreimiento ante la propia perfección que hace impermeables a la acción del Espíritu Santo.
De significado especial para la Iglesia es la presencia y la acción del Espíritu Santo, porque de ello depende su existencia, su contenido y su propia acción. La Iglesia es el Cuerpo místico de Cristo, en la que habita y actúa el Espíritu Santo. Él al igual que Su alma, está presente en cada uno de sus miembros, en cada bautizado, y cada uno de ellos, tiene por acción del Espíritu Santo capacidades particulares y tareas, las cuales son irreemplazables. Si se excluye a uno de ellos, se excluye también al Espíritu mismo. El Espíritu Santo no actúa solamente en algunos miembros de la Iglesia, sino en todos y de ahí que subestimar a cualquiera de esos miembros significaría lo mismo que subestimar al Espíritu Santo. Cristo habla a Su Iglesia por medio del Espíritu Santo y cada uno en la Iglesia está obligado a escucharlo, para lo cual lo que menos importa es el instrumento que Él elija para hacerse oír.
Es que los laicos o seglares, no están en la Iglesia, sino que al final son la Iglesia. Uno de los motivos de la carencia de sacerdotes y el decrecimiento de las órdenes religiosas radica precisamente en el desprecio y la negación de los carismas de los seglares, con la consiguiente pérdida para las almas, y con la consecuencia inequívoca «de que de esa manera tienen el campo abierto las fuerzas opositoras a la Iglesia: comunismo, ateísmo y todos los demás “ismos” mortíferos, lo cual ocasiona una situación odiosa, y, consecuentemente implica un apoyo real y efectivo a las organizaciones del mal ». (Frank Duff).
El Cuerpo místico, la Iglesia, para ser fiel a su misión, debe trabajar como un todo, en conjunto, no puede desdeñarse la recomendación bíblica según la cual la cabeza no ha de decir a los miembros: “¡No los necesito!” (1 Corintios 12, 21).
(*) Director Nacional Pioneros de Abstinencia Total
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.