Domingo 20 de noviembre de 2011
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"En la ciudad de Santa Cruz, un hogar de niños reporta el caso de una madre alcohólica que se prostituía en la calle y obligaba a su hija a prostituirse, por lo que autoridades determinaron el ingreso de la hija a un hogar hasta la determinación final del juez de la niñez y adolescencia. En la ciudad de Potosí, se reporta el caso de un padre que concebía que una forma de disciplinar a sus hijos era realizándoles quemaduras. En la ciudad de Sucre, la mayoría de los casos de suspensión de la autoridad paterna se realiza a causa del maltrato infantil y violencia sexual. En la ciudad de Cobija, se reporta que por situaciones de violación y maltrato, los niños prefieren quedarse en hogares transitorios, que no quieren volver a sus casas y que se niegan a recibir visita de sus familias".
Éstos son casos que casi a diario encontramos publicados. Más y más noticias de maltrato, abuso, negligencia, explotación e incluso homicidios contra niños y niñas aumentan los indicadores de situaciones de riesgo social para la infancia. Y éstos no incluyen a aquellos casos que nunca son denunciados, tal vez por temor o desconocimiento, aquellos en los que el silencio es el único testigo.
