El carnaval se originó como manifestación cultural en Grecia antes de la era cristiana, en gratitud por la fertilidad del suelo y prosperidad agrícola. A través de procesos de aculturación, esta manifestación fue adoptada por la Iglesia Católica en el año 590 de la era cristiana, regida por el año lunar del Medioevo. Los festejos, en la Edad Media, eran marcados por el adiós a la carne o de la expresión en latín “carnis valles”; más tarde dando origen al término carnaval.
Durante los festejos del carnaval se apreciaban diversas manifestaciones culturales. Cada pueblo festejaba según sus costumbres. Esta característica, la de respetar la diversidad de manifestaciones culturales llegó hasta nuestros días.
En el siglo XI con la instauración de la Semana Santa, por la Iglesia Católica, los festejos de carnaval empezaron a anteceder los estrictos y penosos cuarenta días de ayuno de la Cuaresma. El carnaval marcaba los días en que todos se rendían ante los placeres de la carne, para después cumplir con los preceptos de la Cuaresma. Así, la palabra carnaval está relacionada con la idea de deleite de los placeres de la carne marcado por la expresión latina “carnis valles”, que conformó la palabra “carnaval”, siendo que en latín “carnis” significa carne y “valles” significa placeres.
Los desfiles y fantasías, son producto de la influencia de la sociedad victoriana del siglo XIX. La ciudad luz: París, fue el principal referente para el resto del mundo, de la fiesta de carnaval. Sin que con todo se pierdan las peculiaridades de cada país, y por ende de cada región, dentro de un mismo país; como muestra de que sus características medievales de respetar las particularidades, llegaron hasta nuestros días.
Es interesante notar que el Domingo de Pascua, ocurre en el primer domingo posterior a la primera luna llena que se verifica a partir del equinoccio de primavera en el hemisferio norte, o en su defecto, el equinoccio de otoño en el hemisferio sur; el Viernes Santo es el que antecede el Domingo de Pascua, así el Martes de Carnaval ocurre 37 días antes de la Pascua. Este es el motivo por el cual la fecha del carnaval no es fija, cambia cada año.
De tal suerte que la inclusión de los festejos carnavaleros en nuestro calendario occidental, se debe a una expansión religiosa de la Iglesia Católica que mantiene, de manera muy recatada, sus manifestaciones religiosas en algunos carnavales de algunos lugares del mundo, como podemos observar en el titular: Carnaval Barriga verde de San Juan de la Maguana manifestación de identidad histórica, religiosa, política y fantasías. (www.maguana.net)
El carnaval es la principal fiesta popular de Bolivia, siendo el Carnaval de Oruro el más rico y conocido del país, además el que atrae al mayor número de visitantes.
Todos los años, en la época del carnaval, la ciudad de Oruro respira un aire de alegría en una atmósfera contagiante.
Seguramente, existen muchos otros carnavales, en otros lugares, que sean manifestaciones de identidad religiosa. Pero, el caso de Oruro es muy singular, pues, recoge las tradiciones folklóricas del país, para fusionarlas con un rito Católico de fe.
Es un carnaval distinto de otros, que llama la atención del espectador común; pero agudiza la atención del hombre letrado que entiende el significado antropológico de cada danza y de la manifestación de esta amalgama entre el folklore y la fe.
La fiesta pagana instituida en nuestra era por la Iglesia Católica, asume un carácter profundamente religioso en la ciudad altiplánica de Oruro, al transformarse en un grandioso ritual católico que empieza con el primer convite en devoción a la Virgen Morena del Socavón.
Después de completar el percurso, los bailarines participan de la ceremonia de “permiso y promesa”. Momento sublime donde el tiempo se vuelve mágico y vuela entre ensayos, preparativos del vestuario y veladas a la Virgencita. Lo que marca el ritmo del tiempo son los convites, luego viene el último convite donde se reafirma la promesa y se prepara a los conjuntos y danzarines espiritualmente, ocurre un domingo antes del Sábado de Peregrinación.
El esfuerzo de bailar bajo candente sol o fría lluvia, por el largo trayecto, es alentado por miles de espectadores que concurren desde todas las partes del mundo; pero este sacrificio, sólo es compensado al final de la peregrinación, por la emoción de entrar de rodillas en el Santuario del Socavón y recibir las bendiciones derramadas por la Milagrosa Virgen, la Mamita del Socavón…
Sumado a la importantísima manifestación religiosa, está la rica manifestación folklórica, manifestación de la interculturalidad Boliviana, representada a través de dieciocho diferentes danzas de profundo significado etnohistórico que construyen el imaginario popular.
Para recibir el carnaval la ciudad se transforma, pues, arman graderías para poder espectar a lo largo de todo el trayecto, asimismo, las calles y avenidas correspondientes al desfile reciben una bonita decoración en señal que la ciudad de Oruro está de fiesta.
Esta amalgama de fe y folklore es única, y propia del carnaval de Oruro. Tal fusión hace del carnaval de Oruro uno de los carnavales más importantes del mundo; motivo por el cual la Unesco lo elevó a la categoría de Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, por constituirse en un modelo capaz de generar manifestaciones culturales parecidas en otros espacios geográficos. Además, para salvaguardia de la diversidad cultural de la humanidad.
El Carnaval de Oruro, es una festividad fastuosa rica en colores, mitos, sonidos y cultura, que se trasmite de generación en generación; engrandeciendo a Bolivia y al planeta por ser una muestra de la cultura de la fe y de la paz.
Es interesante notar, que en otros lugares del mundo se confeccionan fantasías de carnaval, mientras que en Oruro se confeccionan trajes que corresponden a los diferentes conjuntos y a las dieciocho danzas folklóricas que son representadas, en hermosas coreografías, en el majestuoso carnaval de Oruro.
Las coreografías de las diferentes danzas se enriquecen con los vestuarios y con la música de las bandas orureñas, las mejores del país, que le acompañan, sumado al derroche de alegría de los danzarines de todas las edades que embellecen esta manifestación cultural.
Por lo tanto, el Carnaval de Oruro es inigualable por ser una manifestación religiosa de fe y esperanza, donde los integrantes de los conjuntos folklóricos, bailan en peregrinación y por devoción a Nuestra Señora: La Inmaculada Virgen María de la Candelaria del Socavón.
Fuente: LA PATRIA
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