Origen de la Canción Patriótica está inspirado en el amor hacia dos potosinas
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Los bolivianos celebraron ayer 166 años del Día del Himno Nacional o Canción Patriótica, como se conoció al principio, y que fue entonado por primera vez el 18 de Noviembre de 1845 en el Teatro Municipal de La Paz, en honor a la victoria de la Batalla de Ingavi, que ocurrió el 18 de Noviembre de 1841.
La historia del Himno Nacional está encerrada en un ambiente de misterio, ya que en los libros de historia prácticamente no se conocen los antecedentes de su origen. Al mismo tiempo, su nacimiento está marcado por una historia de amor, que se remonta hasta antes de la victoria de la Batalla de Ingavi, el 18 de noviembre de 1841, y para su creación tuvieron que ver mucho dos mujeres potosinas.
Una de ellas era novia de Leopoldo Benedetto Vincentti, se trata de Justina Daza, hija de don Melchor Daza, diputado por Potosí a la Asamblea Constituyente, y su amiga, Liberata Sanjinés, hija del insigne político, secretario de la Asamblea Constituyente y poeta, José Ignacio Sanjinés.
Ambas señoritas gozaban de las serenatas que brindaba Benedetto, inspirado en la rica música nacional y melodías extranjeras, cuidadosamente seleccionadas. Se pusieron de acuerdo entre las dos damas para conminar tanto a su novio como a su papá para que compongan el Himno Nacional.
Para ello, Justina amenazó a Benedetto, señalando que si no componía el Himno de su Patria, no se casaría con él, a lo que el italiano contestó “Qué audaz eres Justina”.
Mientras que el padre de Liberata respondió: “El amor a la Patria me justifica”.
Posteriormente, el poeta con el músico se reunieron para componer el Himno Nacional de Bolivia. Después de un arduo trabajo, una noche de nevada, se desconoce la fecha, ambos tenían bajo el brazo la partitura y la letra de la canción, que se convertiría desde entonces, como el mensaje de amor para una nación que dio todo a sus habitantes.
Con mano maestra, el artista ejecutó la canción que a los presentes les pareció excelente. José Ignacio de Sanjinés quedó conmovido y no aguantó las lágrimas que brotaban de sus ojos, debido a la emoción de tan bellas melodías y la letra que leyó ante su hija y amigos.
No pasó mucho tiempo, cuando con motivo de la Batalla de Ingavi, llegó un mensaje a la casa de Benedetto, para que componga una canción en honor a esa victoria bélica.
El artista consultó a su novia sobre la invitación del Gobierno, a lo que Justina le dijo que era la mejor oportunidad para presentar la composición que hicieron junto a Sanjinés, donde se reflejaban las glorias de la Patria.
Fue así que la feliz pareja, más su amiga entrañable Liberata y su padre José, viajaron a la ciudad de La Paz. Estaba como presidente de la República, el héroe de la Batalla de Ingavi, José Ballivián Segurola, quien puso a disposición de los dos artistas a las bandas de música del Ejército, los batallones Quinto, Sexto y Octavo, quienes al mando de Benedetto Vincentti dieron la primera serenata a Bolivia, la mañana del 18 de Noviembre de 1845, en presencia del Presidente.
La noche de ese mismo día, en el Teatro Municipal de La Paz, se estrenó oficialmente el Himno Nacional de Bolivia, interpretado por una orquesta sinfónica, al canto de un grupo de jóvenes.
El Mandatario presenció tan significativo acto, sentado en el palco oficial, junto a sus ministros y autoridades civiles y militares, rodeados del pueblo que ovacionó con gritos y aplausos a los compositores. La ciudadanía también se llenó de emoción ante la magnífica interpretación del Himno, que a partir de esa fecha sería el símbolo oficial de Bolivia.
Las dos mujeres que inspiraron a la composición del Himno, estuvieron en un palco oficial adornado con los colores de la Enseña Tricolor y acompañadas del padre de Justina, don Melchor Daza.
Después de la ceremonia, el presidente de la República, José Ballivián, se subió al escenario para felicitar al autor de la letra, José Ignacio Sanjinés y de la música, Leopoldo Benedetto Vincentti, a quienes les puso una corona de flores de Kantuta, al músico le entregó una batuta de oro.
En medio del aplauso del público, Benedetto convocó a su novia, quien fue presentada ante el dignatario de Estado, en la que le manifestó que ella fue la inspiradora del Himno en confabulación con su amiga Liberata, hija del autor de la letra.
Más tarde, Benedetto y Justina se casaron apadrinados por su Excelencia, José Ballivián Segurola y se fueron de luna de miel a Europa. Antes de partir, la pareja recién casada apadrinó el matrimonio de Liberata, quien se quedó en su ciudad natal, Potosí, para someterse a la vida de mujer casada.
Fuente: LA PATRIA
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