El candidato a las elecciones generales en España por el conservador Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, parece finalmente estar más cerca de saborear las mieles del poder que le ha sido esquivo en los dos intentos anteriores.
Aprovechando el gran malestar ciudadano con la gestión del gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Rajoy, en su tercera carrera consecutiva hacia la presidencia del Gobierno, se inclinó por mantener una línea de poca concreción en sus mensajes.
A escasos días de los comicios del 20 de noviembre, sus propuestas programáticas son un enigma, algo que los analistas atribuyen a las políticas de corte neoliberal aplicadas por el PSOE en el último año y medio, con el drama insoportable de casi cinco millones de parados.
Lo que sí ha dejado claro Rajoy, quien ya se ve en el Palacio de la Moncloa (sede del poder central), es su compromiso de llevar el déficit público al 3,0 por ciento del Producto Interno Bruto en 2013, como exige la Unión Europea.
Observadores opinan que el partido con mayores posibilidades de conducir los destinos de España en los próximos cuatro años optó por mantener en secreto su proyecto de gobierno para no tentar su suerte electoral con propuestas aún más draconianas que las del PSOE.
Esos propios entendidos valoran que los socialistas, en el poder desde 2004, ya hicieron una parte no pequeña del trabajo a los populares, dañando incluso las expectativas de prolongar su permanencia en la Moncloa, una tercera legislatura.
El éxito electoral de los socios europeos del PP se ha convertido, paradójicamente, en un contratiempo para la estrategia de Rajoy en España, de acuerdo con un reciente artículo del diario madrileño Público.
Cuando, según todos los sondeos, acaricia al fin el cetro de la Moncloa tras ocho años persiguiéndolo infructuosamente, los drásticos recortes impulsados en toda Europa por los gobiernos conservadores amenazan el punto central de su estrategia electoral.
Evitar que los electores progresistas desencantados con el PSOE se movilicen por el miedo a que el PP desmantele el estado del bienestar es la principal tarea de la derecha, señala el periódico.
La aparente contradicción entre la promesa de reducir el déficit sin subir impuestos ni asumir algún recorte social impopular fue subrayada por Germà Bel, catedrático de Política Económica de la Universidad de Barcelona.
Expertos consultados por el cotidiano aseguraron que Rajoy no se saldrá de su guión, porque ser demasiado sincero podría perjudicarlo.
La derecha española es muy populista y nunca revelará antes de las elecciones que seguirá la senda de los ajustes, pero es obvio que los hará y dirigidos por los alemanes, apuntó Bel.
PERFIL DEL CANDIDATO POPULAR
Nacido en Santiago de Compostela (Galicia) el 27 de marzo de 1955, el actual líder del PP se crió en Pontevedra, donde su padre era presidente de la Audiencia provincial, y en su ciudad natal se graduó en Derecho.
Luego trabajó como registrador de la propiedad, en 1981 se lanzó a la política y resultó electo diputado en los primeros comicios autonómicos celebrados en Galicia. Alcanzó el plano nacional en 1986 como diputado por Alianza Popular (AP).
Más tarde asumió la vicepresidencia de la Junta (Gobierno) de la comunidad autónoma de Galicia y en 1990 regresó a Madrid luego de la llamada refundación de su partido, cuando AP pasó a llamarse PP.
Sus acciones personales subieron con fuerza en 1996 como responsable de la campaña electoral que llevó a José María Aznar a la jefatura del Gobierno español, tras 14 años de administración socialista, resultado que reeditó en las elecciones de 2000.
Siempre bajo la égida aznarista, Rajoy dirigió los ministerios de Administración Pública (1996-1999), Educación y Cultura (1999-2000) e Interior (2000-2001).
Más tarde actuó como vicepresidente primero del gabinete y ministro de la Presidencia (2002-2004), además del cargo de portavoz oficial.
Tras convertirse en pieza fundamental y desempeñar cargos de relevancia en el ejecutivo de Aznar, éste lo nombró sucesor en 2003.
Desde entonces, Rajoy ocupa el puesto de líder de la oposición, espacio que espera ceder al PSOE después del 20 de noviembre si, como todos presagian, vence a la tercera.
(*) Corresponsal de Prensa Latina en España.
Fuente: Madrid (PL)
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