Aunque no se han extremado las instancias para encontrar una solución de nivel oficial al problema de los límites interdepartamentales y entre varias comunidades del país a través de una acción oficial del Ejecutivo, dirigentes de dos importantes comités cívicos en conflicto están avanzando en la opción de dialogar directamente y sanear sus dificultades.
Se trata de un avance inicial entre líderes de los organismos cívicos de Oruro y Potosí que coinciden en criticar la “apatía” gubernamental y mostrar que eliminando algunos factores circunstanciales dos pueblos hermanos pueden mejorar sus relaciones por la vía directa del diálogo, faltando tan sólo definir un escenario apropiado para que se cumpla esa instancia, que podría cristalizarse en cuestión de los próximos días.
Naturalmente que no puede eliminarse la participación de las autoridades y especialmente de aquellas del nivel Ejecutivo que deben avalar los convenios y ratificar las soluciones que emergieran de las reuniones entre cívicos, pues se trata de que cualquier nuevo acuerdo debe tener viso de legalidad que sólo pueden imponer las autoridades gubernamentales.
Lo que se observó no hace mucho en otras de las reuniones entre ministros, gobernadores, autoridades originarias y dirigentes cívicos es que prevalecen ciertas condiciones “oficiales” que por ser tales desconocen el valor de las otras que pueden ser más sencillas y efectivas, pero que indudablemente están fuera de cierto marco legal, que sin embargo puede muy fácilmente adecuarse por las características de un nuevo acuerdo de partes que resuma de verdad el pensamiento y los anhelos de dos pueblos hermanos y no sólo de fracciones políticas alentadas con negativas intenciones.
Cierto es también que el problema de límites especialmente entre Oruro y Potosí tiene larga y centenaria historia, quizás porque en tanto tiempo sólo se alcanzaron acuerdos superficiales o coyunturales, sin tocar el fondo de los problemas que tienen que ver con deseos comunes de ambos pueblos de alcanzar crecimiento, desarrollo y respeto a sus decisiones por la única vía válida del diálogo y ya no más por el peligroso conducto del enfrentamiento.
Existiendo la mejor predisposición de los dirigentes cívicos de Oruro y Potosí para establecer un diálogo directo, vale la pena reconocer como efectiva tal intencionalidad y facilitar los medios necesarios para que pueda crearse un escenario apropiado que permita ese encuentro directo, en el que deberían participar los más connotados ciudadanos de ambos departamentos en lo que corresponde a equipos multidisciplinarios que analicen el problema y definan soluciones que en su momento sean avaladas y reconocidas en la instancia gubernamental, donde todavía no se definieron estrategias precisas para la solución general del problema de los límites interdepartamentales y de algunos entredichos sectoriales como el que ocupa la atención de los cívicos de Oruro y Potosí.
Están fuera de los acuerdos sobre el problema limítrofe aquellos otros que coincidentemente también tienen que ver con anhelos de progreso y exigencia para que desde el Gobierno se atienda los pliegos petitorios de los dos más importantes distritos mineros productores del occidente del país.
De concretarse el diálogo directo entre la dirigencia cívica de Potosí y Oruro estaríamos ante una nueva alternativa de soluciones a problemas comunes, lo que significará también una muestra pacífica de enmendar errores, pero sobre todo de fortalecer comunes propósitos de vivir con autonomía y dignidad.
Fuente: LA PATRIA
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