Agrestes rocas dan nacimiento a diversas especies forestales

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Al menos una veintena de árboles, entre kiswaras, pinos, cipreses, keñuas, eucaliptos, retamas, moto moto, olmos y acacias, a diario “saludan” el amanecer orureño desde las rocosas faldas del cerro Pie de Gallo, en la zona Oeste de la ciudad, muy cerca al Santuario del Socavón.

Estas especies comienzan a mostrarse como prueba de que en medio de la dureza de las rocas y hasta con contenido mineral, puede imponerse la naturaleza con ayuda de la voluntad del hombre, cuando se propone cambiar, para bien, su entorno de vida

“Es un ejemplo para confirmar la convivencia con la minería, sólo hace falta un poco de voluntad y saber asumir los desafíos” dijo Salas durante una reciente visita al citado cerro, donde los árboles plantados hace cinco años, alcanzaron una altura promedio de un metro o algo más.

“Son nuestros hijos”, dijo Salas y besó al pino que se constituye en el ejemplar que alcanzó la mayor altura entre todos los árboles plantados por los “Jóvenes Progresistas”.

El agrónomo, considera que éste ejemplo puede ser replicado, para crear bosquecillos en los cerros orureños y así mejorar la vegetación y a la vez crear más pulmones para la ciudad.

OTRO DESAFÍO

Desde la cima del Pie de Gallo, también se puede apreciar cómo un vecino a partir de la construcción de una especie de terraza, entre su vivienda y la firmeza de las rocas consolidó un pequeño jardín en el que crece un árbol de ciruelas, existen rosales y hasta una palmera.

Fuente: LA PATRIA