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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 Educación, la quinta rueda del Estado - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
Si bien los Estados no tienen ruedas, no por eso dejan de rodar cuesta abajo muchas veces; de eso ni hablar. Pero es interesante recordar que la quinta rueda se asociaba antes con la labor poco o nada importante de la Vicepresidencia de la República, cuando aún ésta existía; ahora su apócrifo reemplazante (el variopinto Estado Plurinacional) hace aguas por todo lado, quién sabe si por trastocar funciones entre la quinta y la primera.
Otras cosas también adquieren la emblemática inutilidad de la quinta rueda. Ese es el caso precisamente de la educación de hoy. ¿O acaso alguien sabe cómo es y por dónde anda, si es que anda? La primera autoridad (Ministro de Educación) acaba de decirnos que “hemos tenido creo, un avance de regular hacia positivo”. El ministro cree; otros podemos no creer. Sería mejor informar con datos y referencias específicas. Las ambigüedades son poco serias.
Al cierre de gestión, no es extraño hablar de resultados. El señor Aguilar también añade que “en la mayoría de las regiones el avance del programa escolar superó el 90 %”. Eso se dice -exactamente lo mismo- desde hace 30, desde hace 50 años. Si no fuera el programa, ¿qué avanzaría? Hoy por hoy en eso consiste la principal tarea de los maestros; son los únicos que avanzan, con la “revolución educativa” a cuestas.
Fuera distinto hablar del avance de los niños. Entonces sería preciso referirse a los aprendizajes, a los objetivos, a las metas; al tiempo cualitativo del calendario; a la evaluación integral del desarrollo curricular”, sin aferrarse mucho al “programa”, ese antiguo fetiche, como decía don Mariano Baptista. Los padres de familia sabrían si también por dentro han crecido sus hijos, como efecto de los doscientos días estipulados, otro fetiche. La valoración social del maestro cambiaría. Se lo vería como a un verdadero profesional.
Unos datos abren el telón de fondo hacia la realidad: en seis años ningún cambio sustancial. Mucha ideología política, mucha demagogia. Los dirigentes son diestros para eso. Ellos gobiernan. “Se educa como se gobierna”. (Franz Tamayo). El proyecto de la reforma masista está plagado de indigenismo: “etnocentrismo a ultranza”. Sin embargo, sólo el 33 % de la población vive en el área rural; el 67 % es urbana y en constante proceso de mestizaje (INE, 2010). El castellano es su lengua habitual. Los usos y costumbres nativas se van borrando sin prisa, sin pausa.
Un ex presidente dijo cierta vez: “Los países son ricos por tener una buena educación; no es que tienen mejor educación por ser ricos”. Un ejemplo conocido: Japón sólo dispone de dos elementos propios en abundancia: gente y mar; país inmensamente rico gracias a su educación. Bolivia es pródiga en recursos naturales; pero pobre de solemnidad en otras cosas. Se empezaría a revertir su atraso el día que algún gobierno tenga el coraje de aplicar el precepto constitucional de que la educación es la suprema función del Estado y no la quinta rueda de él, como fue antes, como es también ahora.
(*) Pedagogo y escritor
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