Por lo menos eso es lo que se entiende de las últimas apreciaciones de su principal ejecutiva al asegurar que las cifras de recaudación se han incrementado sustancialmente pero además la entidad como tal crece y se moderniza.
Lo que no se dijo empero es que también el contrabando hace lo propio, es decir crece descomunalmente y por supuesto gana, burlando de manera muy habilidosa los controles aduaneros aún dispersos en la extensa franja de las fronteras nacionales.
La Aduana Nacional de Bolivia (ANB) ha recibido recientemente una ayuda muy importante del gobierno coreano consistente en la donación de un escáner que permitirá reducir el tiempo de revisión en la frontera de Tambo Quemado, por donde ingresa la mayor cantidad de variada mercadería pero que es legalizada para su comercialización en los siempre saturados mercados nacionales.
Puede significar un avance interesante para facilitar el registro de mayor cantidad de mercadería, pero en todo caso lo importante es que mayores puestos de control se habiliten en la zona fronteriza especialmente en los lugares más vulnerables, en los límites con Chile, Argentina, Perú y Brasil.
El uso de un escáner móvil simplificará el tiempo de control de mercadería en la asombrosa diferencia no mayor a cinco minutos por camión, en lugar de muchos días -según la mercadería- como todavía ocurre.
La ANB está inmersa en un proceso de adecuación a nuevas técnicas de control, su meta es mejorar sustancialmente su promedio de recaudación, de ese modo justificará las innovaciones que deben efectuarse para concretar mejores servicios dirigidos a combatir el contrabando, pero también a mejorar las condiciones de control y eficiencia profesional del personal asignado a las tareas de control aduanero.
Ya lo dijimos de manera concreta no sólo se trata de mejorar eventualmente las operaciones contra los contrabandistas, todavía con un reducido personal, mal equipado y mal pagado, como funciona el COA. Lo efectivo será también destinar recursos para fortalecer esa unidad de lucha directa al contrabando, de manera que uniendo esfuerzos, tanto en la tarea directa y de campo en las rutas de tráfico vehicular también se mejoren los controles en los retenes de la ANB diversificando esas dependencias adecuadamente implementadas y con el personal suficientemente capacitado y bien pagado para contrarrestar las tentaciones del soborno, arma especial que manejan los contrabandistas.
El trabajo aduanero debe especializarse, pero bajo compromisos de moralidad y ética funcionaria, de tal suerte que la parte contraria que se maneja sin escrúpulos por clanes de contrabandistas entienda que los cambios son tan fuertes y efectivos que más tarde o más temprano arrinconarán a los pulpos del contrabando en sus grandes y bien custodiados reductos.
Naturalmente que falta mucho por hacer, sólo como referencia en el caso de Oruro luego de una fallida compra de un inmueble no se hace absolutamente nada con la construcción de los nuevos ambientes, terrenos y recursos que parecen inactivos, mientras se continúa impidiendo el uso de las dependencias en amplio espacio que debe servir para la construcción de un moderno mercado, en pleno centro de la ciudad.
El mejoramiento aduanero debe ser efectivo a nivel nacional de manera que sea percibido en los países vecinos desde donde se movilizan cuantiosos volúmenes de contrabando.
Fuente: LA PATRIA
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