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Domingo 06 de noviembre de 2011

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Revista Dominical

Helados de Doña Eufronia:

Una estación obligada y deliciosa en la Súper Feria

06 nov 2011

Fuente: LA PATRIA

Por: Mónica V. Aramayo Quinteros • Fotos: Reynaldo Bellota Gamboa

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Un día soleado, son las 2 ó 3 de la tarde, subir caminando por la calle Cochabamba, rumbo a la Súper Feria, justo de cara al sol es la situación exacta para no poder superar la tentación de consumir un delicioso helado en combinaciones caprichosas de chocolate, frutilla, canela, durazno y o coco.

En esa ruta justo en la Cochabamba entre Camacho y Petot, está Doña Eufronia Soto y como ella misma autodenominó a su puesto de venta de helados, es la “estación obligada en el camino a la Súper Feria”, y para confirmar esa apreciación decenas de clientes, ya desde las 10:00 de la mañana llegan de a poco o a veces en grupos que hacen que le “falte manos” para preparar el bocadillo, pero ahí aparecen las hijas para ayudar en el emprendimiento y saciar lo más pronto posible la sed de los caminantes.

Doña Eufronia, es una ciudadana que desde hace aproximadamente 25 años, decidió instalar éste negocio en frente de su vivienda y con sus 73 años de vida es completamente dinámica y ágil para cumplir su faena de trabajo que se inicia a las 07:00 cuando con ingredientes como la leche, el azúcar y esencias especiales, en mano comienza a preparar las dulces delicias para comercializarlas minutos más tarde.

De fondo un fuerte fondo musical, que nace de un puesto de venta de equipos de sonido, marca otra característica peculiar en este espacio de venta, pero pese a la estridencia; la voz de Doña Eufronia, suena convincente. “¿De 2, de 3 bolivianitos, cual se va a servir doctor…, caserita? ¿Qué le voy a dar mamita…? es común oírla decir. Y así ¿quién puede escapar de la dulce tentación?

Ella accede a la entrevista, pero sin descuidar su venta. Recuerda que cuando decidió iniciar el negocio tenía un equipo de venta integrado por jóvenes y los tradicionales, pero ya casi desaparecidos carritos heladeros, que con bocinas y a la vez voceando en una conjunción armónica ofrecían los helados, enfrascados a veces en una competencia y disputa por los clientes.

“Mucho peleaban entre ellos, y además me di cuenta que sólo estaba trabajando para ellos, así que decidí vender yo misma los helados, aquí donde Ud. me va a encontrar sagrado los miércoles y sábados. Aquí llegan siempre mis clientes, porque el producto es limpio y fresco, la vendedora limpia y amable”, comenta y se ríe.

A sus 73 años, Doña Eufronia es un ejemplo de emprendimiento y de constancia para no poner de pretexto la edad y dejar de lado desafíos que dan sus frutos. Por día, ella vende un promedio de 300 helados y los recursos generados en éste negocio le son suficientes para solventar los gastos del hogar, asegura.

Ella muy elegante, cuidando al detalle su arreglo personal, todos los miércoles y sábados, sale al encuentro con sus clientes, que la reconocen como un personaje característico de la Súper Feria, aquel espacio tan orureño hasta donde llegan compradores desde diferentes regiones de Bolivia.

OTRO PATRIMONIO

Doña Eufronia, es poseedora de otro patrimonio; una especie de santuario familiar, donde en la intimidad de su morada, venera las imágenes de diferentes deidades de la religión católica. Se declara muy devota y asegura que los favores recibidos fortalecen su fe.

Revela que la gruta donde la imagen principal es la Virgen de Copacabana fue construida por su esposo Rubén Andia, con diseños exclusivos que forman parte de este espacio muy familiar, pero a la vez un oratorio abierto a las muestras de devoción de otros ciudadanos que solicitan visitar el oratorio de la familia Andia Soto.

Doña Eufronia es madre de tres hijos (Rubén, Margot y Cristina) y orgullosa abuela de nueve nietos.

Fuente: LA PATRIA
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