Si existe un plan de “ordenamiento urbano”, como tiene que ser en una ciudad que se precie de ordenada y progresista, es lógico que hacer lo contrario resulta un “desordenamiento urbano” aunque gramaticalmente suene feo. Y eso es lo que está ocurriendo en nuestra ciudad, donde no se toman en cuenta los elementales límites de lo que significa el radio urbano para priorizar obras que beneficien a miles de vecinos que se asientan diariamente a lo largo y ancho de nuestra todavía desordenada ciudad.
La verdad es que este problema no es de reciente data, por tanto sería un error culpar a las actuales autoridades del municipio por los problemas existentes, pero son detalles lamentablemente perjudiciales que provienen de anteriores gestiones y que de algún modo deben ser resueltas en la actual administración.
Un ejemplo interesante es que la “localidad de Vinto” sigue consignándose como tal (una localidad), cuando en realidad es un barrio más de la ciudad y así se debe consignar a Vinto porque se encuentra en los límites del radio urbano local. Sin embargo en ese barrio todavía hay subalcalde agrario, también funciona un sindicato agrario y existen otras autoridades típicamente rurales, que ya no tienen vigencia, un caso que debe regularizarse para evitar problemas en los trámites de orden legal para afirmar el crecimiento del lugar.
Lo evidente es que la ciudad ha crecido vertiginosamente hacia los cuatro puntos cardinales y entre algunas consideradas “localidades” hay muchos barrios intermedios que reclaman con todo derecho la atención de autoridades para tener acceso a los elementales servicios básicos como alcantarillado, agua, luz y mínimamente accesos transitables para ciudadanos y vehículos.
No está ocurriendo como se quisiera la legalización de urbanizaciones por una serie de detalles emergentes del descuido de dirigentes vecinales, la actitud de avasalladores que ocupan terrenos que no les corresponden y fuera de otros hechos estrictamente sectoriales, están las limitaciones de una dependencia municipal, como la Oficialía Técnica y sus secciones de ordenamiento urbano y otras que carecen del número adecuado de funcionarios especializados que además cuenten con el apoyo técnico logístico necesarios, como vehículos, instrumentos y herramientas de trabajo, ambientes propicios para trabajar junto a dirigentes de los barrios y la suficiente voluntad de servicio a la comunidad.
Estamos frente a un dilema muy serio por la acumulación de conflictos en las dependencias técnicas del municipio, donde los problemas han rebasado la capacidad humanamente material de solucionar los reclamos vecinales que si bien casi todos coinciden en demandas como agua, alcantarillado, luz y calles accesibles, sólo pueden atenderse muy pocos, por la falta de personal suficiente al que se le pueda encomendar las soluciones más prácticas para cada problema.
Pero hay algo más en ésta complicada materia del ordenamiento urbano y es que se requiere con urgencia poner en actividad un equipo profesional de tipo multidisciplinario que se ocupe de planificar y definir las áreas de crecimiento urbano, pero ojo, esto es importante, antes que se produzcan asentamientos ilegales de manera que paulatinamente se permita el crecimiento ya delineado de los barrios en los que necesariamente deberán consignarse las futuras instalaciones o simples extensiones de alcantarillado, red de agua, alumbrado público y domiciliario, sólo así la ciudad crecerá ordenadamente rompiendo la desesperada imagen del “desordenamiento urbano”.
Fuente: LA PATRIA
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