Lunes 31 de octubre de 2011

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Para el Estado -casi de manera inesperada- se ha diseñado un tipo de justicia sui géneris. La proeza tiene tenores que pregonan vivamente la curiosa construcción.
SÍ ó SÍ
En la construcción curiosa que se pretende, inclusive se dispone “que el Ministro de Economía y Finanzas, previa discusión que realizará con el nuevo Consejo de la Magistratura, deberá facilitar y otorgar los recursos necesarios para la implementación de la nueva institucionalidad judicial” (1). De entrada, todo es nuevo para un gobierno que dialogó consigo mismo. Luego,
- que todo funcione con magistrados suplentes (Tribunales de Liquidación de causas que ingresen hasta diciembre de 2011)
- mientras que los nuevos magistrados titulares conocerán las causas que ingresen desde comienzos de 2012” (2) resulta CHISTOSO, simplemente. Y no enseñó ¿la experiencia que se tuvo con los 19 magistrados posesionados mediante “ley corta” en febrero de 2010?... Pregúnteseles a los nombrados ¿cuántas causas resolvieron de las 7.000 pendientes?... Ni la Comisión Interorgánica menos Ramiro Guerrero demuestran SABER que la independencia del Poder Judicial es un recaudo de esencialidad. El Poder Judicial es un Poder del Estado Boliviano que debe afianzar la justicia y su independencia es requerida por su finalidad de aplicar la ley. He ahí, en alguna medida el objetivo de la Comunidad Política consagrada en la Constitución. Entonces -los ilustres tenores antes mencionados- debían hablar de una organización propia que requiere el Poder Judicial para que el mismo sea EFICIENTE y MODERNO, antes de diseñar estrategias a la mejor manera de un encuentro de fútbol de última hora.