Loading...
Invitado


Domingo 30 de octubre de 2011

Portada Principal
Cultural El Duende

Bohemia Sucrense

30 oct 2011

Fuente: LA PATRIA

El académico de la lengua, Luis Ríos Quiroga, trata temas romántico-regionales del clavel, el pasado heroico de Chuquisaca y las pasiones que motivaron la creación poético musical de la ínclita ciudad de los cuatro nombres

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

Séptima de 9 partes

ANTEO

Anteo introdujo ideas izquierdistas y lógicamente una Revolución en sentido de cambio en los campos de la literatura, las artes y hasta de las reuniones sociales. Sucre, de esta manera y gracias al grupo ANTEO, fue cuna del Muralismo Boliviano, bajo la dirección del maestro don Wálter Solón Romero, influenciado claramente por el muralista mejicano Alfaro Siqueiros. Produjo Pido la palabra, de Eliodoro Aillón Terán, uno de los primeros poemas protesta. Introdujo la Cámara Negra que simplifica los decorados en el teatro. Lorgio Duchén demostró en esta actividad sus cualidades de actor y Luis Chopitea (Chopico), sus conocimientos escenográficos. Publicó una revista de lujo Universidad Popular, que dirigía el doctor Hugo Poppe Entrambasaguas y las reuniones de bohemia tenían ribetes de orgía al estilo de la Dolce Vita con Anita Ecber, película de moda entonces y se cumplían en la quinta del señor Guardia Berdecio en San Juanillo.

Hugo Poppe al respecto de ANTEO escribe: El Grupo Intelectual Anteo sobre los cimientos de las inquietudes muralísticas de Wálter Solón Romero, quien en el año 1950 volvió de Chile con el corazón sobre un andamio, listos sus pinceles para asumir cualquier oportunidad de ejecutar un fresco.

La Universidad de San Francisco Xavier, entonces dirigida por ese espíritu superior que es Guillermo Francovich, abrió sus puertas a nóveles artistas que pronto harían escuelas con su arte renovado. Así, el despacho rectoral, donde se pintó el primer mural del Grupo, fue el lugar de trabajo y plática de los componentes de Anteo. A cual más jóvenes, casi niños, recitaban a Neruda o magnificaban el mensaje de los pintores mexicanos. Se dolían, golpeados, por la cuestión social y nunca les abandonó su fe en la perennidad de la grandeza del destino nacional. Se alimentaron en la convicción de las virtudes de nuestra raza mestiza y en el acervo cultural de nuestro pasado, milenario y grandioso.

La Sección Plástica de Anteo, allí donde encontró oportunidad, pintó murales y descubrió su estilo. Un estilo nuevo, mensaje de América, diríamos con Ángel Guido, cuya nota característica está en el sistema de ejecución de la obra. Elaboración colectiva, superación de las porfías individuales, que en el trabajo en equipo, integrador y estimulante, concretó su fisonomía.

La madurez de los artistas que adoptaron a los renacentistas sus maestros y, en un primer momento, a los mexicanos como ejemplo, les conduce por senderos propios. Su concepción de la luz y del color y, su valoración de la geometría en el tratamiento de la composición, imprimen un sello que distingue a sus murales y particulariza a su escuela.

Todo nuevo mural –y van pintados cinco–, toda nueva exposición de sus cuadros de caballete, anuncia el universalismo al que les conduce la elevada jerarquía artística de su estilo renovado. Los trabajos que actualmente ejecutan en el Colegio Junín serán la muestra más significativa de su concepción estética. Mientras Solón Romero, Lorgio Vaca, Jorge, Gil Imaná Garrón, pintan, los de la Sección literaria dan a conocer sus producciones que anuncian a los futuros valores de nuestras letras.

Y los poetas, como Juan José Wáyar y Eliodoro Aillón, parecieran competir con sus amigos del Grupo en su afán de superarse. Wáyar, el lírico y punzante Juan José, con ponderables condiciones de una vocación innegable, afanoso, busca perfeccionar los revestimientos formales de su poesía vigorosa. Publica algunos volúmenes que él mismo los compone en las cajas de una imprenta familiar, los imprime, los empasta amorosamente y hasta los distribuye con generosidad y largueza. Sus producciones muestran un espíritu rebelde y sensitivo que se expresa libremente. Cultor de una poesía moderna sin abstracciones, es representante laureado de los poetas jóvenes de Bolivia.

Aillón –dedicado a la jurisprudencia, cómo Wáyar cuando no escribe versos–, está en camino a definir su posición estética. Aunque muy joven todavía, su experiencia de la vida deja honda huella en su poesía...

Y verdaderamente Juan José Wáyar con sus Poemas de Trigo y Sangre, fue saludado por la crítica literaria como el poeta de una considerable fuerza lírica y una potencia revolucionaria de proporciones.

En cuanto a Eliodoro Aillón Terán, su poema Pido la Palabra de resonancia internacional, confirma que la experiencia de la vida dejó honda huella en su poesía. Recogió la protesta y las quejas de las familias proletarias sucrenses primeramente para después convertirse en símbolo de las familias proletarias bolivianas. En nuestra opinión Pido la palabra, es el primer poema protesta de la literatura boliviana que refleja la situación del proletariado de las ciudades como El chapaco alzao de Oscar Alfaro fue el primer poema protesta del campesinado boliviano.

Anteo se reunía en la casa de Humberto Díaz en la avenida Jaime Mendoza. Humberto Díaz, era el mecenas del grupo, pues propiciaba a su costa las noches de bohemia.

El grupo celebraba el Carnaval de los artistas, el Domingo de Ramos, recibiendo en su seno a la gente vinculada a la actividad cultural y los propósitos de Anteo.

Los nuevos socios tenían que insumirse en la piscina de la casa de don Humberto Díaz, en recuerdo del Jordán bíblico, para luego beber chicha de las wat’eñas en una chúwa que no podían levantar pues tenían que hacerlo de cuatro pies. En recuerdo del acontecimiento se cortaban con tijeras algunas prendas de vestir. De esta manera fueron recibidos los sacerdotes Ares Feraldo y el padre García del Seminario Conciliar.

Los integrantes de Anteo, brindaban serenatas a las señoritas del internado de la Escuela Normal, frente a la iglesia de San Felipe Neri. Wálter Solón Romero, en aquellas serenatas, tocaba el violín y el ingenio sucrense hacía intercambiar los sacos entre Lorgio Duchén y Jorge Imaná muy parecidos físicamente y este hecho hacía que enamoraran a las chicas indistintamente también, de tal manera, que cuando surgían riñas sentimentales, las enamoradas rompían relaciones indistintamente, sin saber con exactitud quién era enamorado de quién.

Anteo para las tertulias en que se comentaban obras literarias, históricas, científicas, se reunían en el colegio nocturno Manuel Ascencio Padilla, con la presencia de los sacerdotes Ares, Cuartero, del Seminario, mientras los artistas Jorge y Gil Imaná Garrón, en la dirección del colegio, pintaban el mural Educación para la libertad…

Anteo se reunía también en la casa de Eliodoro Aillón en la calle Junín y en la quinta de Guardia Berdecio en San Juanillo para las orgías de tipo regional.

Anteo estimuló la fundación de la Universidad popular dirigida por Hugo Poppe Entrambasaguas. Del Instituto de Investigaciones Estéticas y del Nuevo Teatro con la dirección teatral del jesuita Orríes Ibars que puso en escena La Madre con gran despliegue de recursos técnicos novedosos para la época.

Continuará

Fuente: LA PATRIA
Para tus amigos: