El momento en que se firmó la nueva ley que establece que la carretera no atravesará el Parque Nacional Isiboro Sécure, la molestia presidencial fue, a todas luces, evidente. Deslindó responsabilidades y remarcó el término “intangible” como queriendo expresar “si yo no puedo tocar ese territorio, ustedes tampoco”. Ya adelantó el senador masista Isaac Ávalos “La intangibilidad significa no cazar, no sacar madera, no sembrar y no tocar la tierra”. Acotando que “nuestros hermanos que siempre vivieron cazando tatú y sembrando yuca ya no podrán hacerlo, porque es un territorio que no se debe tocar nunca más”. En una palabra, no comer, no vivir. Y Esa ya constituye, una forma de discriminar en forma de venganza política.
La discriminación no siempre se traduce en palabras; los gestos, también son más que elocuentes. El Presidente del Estado Plurinacional, en ningún momento dirigió su mirada a quienes hacían uso de la palabra en ocasión de la promulgación de la ley. Es más, cuando los representantes de los marchistas se dirigían a los presente, don Juan Evo, se puso a leer como si no estuviera en el acto, ignorando a los representantes del Tipnis y minimizando su presencia. Esa también, constituye una forma de discriminación.
Elegir otro sitio para reunirse con los marchistas, en lugar de hacerlo en el Palacio Presidencial constituye otra afrenta; es decir, se reservó “el derecho de admisión” al edificio, centro del Poder político, discriminando a los nativos que marcharon más de dos meses para lograr el respeto a un parque nacional.
Incluso algún despistado militante masista, no dudo en calificar de “salvajes” a los marchistas del Tipnis, sin que se le haya seguido una acción judicial por haber ignorado que existe una Ley contra el racismo y toda forma de discriminación. El ignorar las leyes o violarlas ya se ha hecho una costumbre entre los miembros del oficialismo, cualquiera sea su condición, rango o responsabilidad en el Gobierno.
El maltrato a quienes provocaron una de las derrotas políticas más sonadas del oficialismo, fue más que evidente, sin que el señor Presidente pueda evitar poner en evidencia su malestar, por lo que sucedía en el país. Es que, habían otros intereses en la construcción de la carretera, como el contrato ya firmado con una empresa brasileña; el compromiso contraído con los cocaleros para ocupar las tierras del parque para sembrar coca ilegal. Y algo que en las últimas horas, salió a luz: El contrato firmado por el Gobierno para que la empresa Tsimane Lodge, que se ubicó en el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), en las nacientes del río Sécure ( La Asunta) cerca a Oromomo a orillas del río Pluma. Dicha empresa se dedica a la pesca deportiva y están respaldados por amplia propaganda, llegando a más de 5.000 sitios en la Web. Hay varias publicaciones en revistas especializadas del exterior. Y lo que extraña es que tienen la exclusividad de trabajar en estas áreas por 20 años. Según “El Clarín” digital de Buenos Aires, el contrato lo realizaron con el gobierno de Evo Morales.
Esa empresa gana 7 mil seiscientos dólares semanales por persona que contrata sus servicios y nadie sabe dónde van esas ganancias, y se desconoce si, al menos, pagan impuestos.
La cuestión del Tipnis, por lo visto, tenía varios intereses de por medio. Lo que provocó la ira oficialista, la que se tradujo en variadas muestras de discriminación y racismo.
Por lo menos… esa es mi opinión.
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