Anteayer cumplió años el presidente Evo Morales, acontecimiento que no pudo pasar desapercibido para mí pues mi Protectora Oficial había escrito en mi agenda con su puño y letra: “Hoy cumple 52 años Evito; también se celebra el Día de los Jalabolas”.
Inquieto y nervioso esperé la llegada de mi comadre cochabambina quien viene a verificar si amanecí vivo o muerto para lo cual me toca los pies, pasando luego a leerme los periódicos y comentar las noticias más sobresalientes.
Al verla llegar, le agradecí que hubiera anotado en mi agenda que hoy (el miércoles) es el cumpleaños del Presidente Evo y preguntarle acerca del Día del Jalabolas, a lo que accedió contándome que hace muchos años cuando visitó Bolivia el líder cubano Fidel Castro muchísimas personas quisieron estrecharle la mano y adularlo hasta que el dictador cubano fastidiado dijo: “Está bien que te jalen las bolas pero no me gusta que se me cuelguen de ellas”. Desde entonces existe el Día del Jalabolas, algo que yo ignoraba.
Luego de escuchar esa anécdota, se disculpó mi comadre cochabambina porque ella es muy pulcra en sus expresiones, aunque ella misma me dijo: “En estos tiempos, las damas mayores y también las jovencitas han modernizado mucho su lenguaje mientras los carreteros y los camioneros hablan más pulcramente”.
Como es natural, mi comadre Macacha me aconsejó que llamara telefónicamente al presidente Morales para felicitarlo por su cumpleaños, utilizando el conocido refrán “lo cortés no quita lo valiente”, pero traté de excusarme diciendo a mi pariente espiritual que nunca me consideré un valiente, extremo que ella reconoció aunque me dijo “que hay que ser valiente sólo en las cosas importantes”.
Mi conflicto interior se resolvió cuando dije a mi interlocutora: “No llamaré al Presidente para felicitarlo mientras el Gobierno trate de imponerme como válido el resultado fraudulento de las últimas elecciones”.
La valerosa cochabambina dio un brinco de alegría para luego abrazarme y besarme (en las mejillas) para luego decirme entusiasmada que yo soy su compadre valiente y que por eso cree en mí y me ayuda y colabora en mi vejez prematura y silenciosa. Luego me despeinó, y alborotó mis cejas para luego anunciarme mágicamente que me seguiría prestando plata porque tenía confianza en un varón como yo.
Como fin de fiesta, llamé al teléfono de la señora Hillary Mamani, secretaria de Asuntos Especiales del Presidente cumpleañero y dije a la señora que antes se llamaba Hilaria: “Ya sé que el Presidente Evo se encuentra muy ocupado en el día de su cumpleaños pero dígale, por favor, que llamaron la señora Macacha viuda de Racacha y su compadre el periodista Paulino Huanca que rechazamos el fraude electoral que organizó el gobierno del MAS utilizando al Tribunal Electoral”.
PAULOVICH
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