Luego de haberse cumplido el proceso eleccionario para renovar los principales cargos de la judicatura boliviana y cuando propiamente se ha cumplido casi en su totalidad el recuento de los votos, se advierte lo que ahora definen como “un empate técnico” la valoración de resultados con porcentajes casi similares entre los votos nulos y los válidos, pero sin tomar en cuenta los blancos, que también deberían tener su valoración al constituirse en resultado de la expresión ciudadana a través del sufragio.
Con pequeñas e insignificantes variantes puede considerarse que el cómputo que llegó al 99.1 por ciento será el que considere como oficial el Tribunal Supremo Electoral (TSE) para definir la designación de las nuevas autoridades judiciales del país, lo que significa que “por simple mayoría de votos” habrá nuevos magistrados en las instancias del Tribunal Agroambiental, Tribunal Constitucional, Consejo de la Magistratura y el Tribunal Supremo de Justicia.
Autoridades del denominado Órgano Electoral Plurinacional (OEP) señalan que cualquier análisis sobre resultados debe efectuarse en base a los datos del cómputo oficial, por considerarse que las cifras son oficiales y que cualquier denuncia deberá ser formalizada y procesada antes de incidir en variantes que podrían modificar los resultados, lo que en realidad no sucederá dadas las condiciones ya establecidas en el OEP, donde faltan resultados de Santa Cruz, Cochabamba y una mesa en Oruro, que en realidad no alterarán el gran total eleccionario.
Sin embargo hay dudas y desconfianza sobre el manejo de actas electorales de ahí que se ha solicitado al TSE la entrega de copias legalizadas de las actas de escrutinio, algunas que registraron ciertas cifras en las mesas y anotaron otras en el cómputo en algún Tribunal Electoral Departamental.
Se insiste en la necesidad de que las autoridades electorales tomen en cuenta los votos blancos, toda vez que la suma de estos significa un 60% que si se suman legalmente a los nulos estarían invalidando la proporción de los votos válidos, poniendo muy en claro la ilegitimidad de estos por su reducido porcentaje.
Actualmente se maneja como “empate técnico” los porcentajes mínimos que separan a los nulos de los válidos, sin tomar en cuenta los blancos, situación observada por sectores de la oposición, de organizaciones sociales del país y de otras fuentes que consideran un grave error querer legitimar una elección cuyos resultados evidentes y reconocidos por el TSE no dan ninguna victoria que asegure reconocer la voluntad del electorado.
Frente a estos resultados la gran interrogante del pueblo es: ¿Qué pasará con la actual estructura de la justicia? El tema de fondo es que con la elección de nuevos magistrados se estaría cambiando personas, cuando en realidad lo que se quiere es un cambio del sistema, de ciertos códigos, desmercantilizar y despolitizar la justicia para que los jueces se ocupen de juzgar con probidad, solucionando litigios en base a las leyes, sin presiones de ninguna especie y menos de orden político.
Hay que replantear el sistema judicial del país, tarea que corresponde a distinguidos profesionales de la materia y representantes de diferentes sectores ciudadanos, no sólo a los nuevos elegidos a los que tampoco hay que quitarles méritos, algunos buenos habrá, pero lo fundamental es que no se puede admitir errores a título de “probar” nueva gente en el manejo de la justicia. Está en juego la dignidad y los derechos de las personas, las libertades y las leyes, la justicia y la democracia.
Un empate en los resultados electorales no es garantía para legitimar la voluntad del soberano. Un empate no tiene ganadores ni perdedores.
Fuente: LA PATRIA
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.