Martes 25 de octubre de 2011
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Editorial y opiniones
Definitivo: Nulos y blancos suman el rechazo
25 oct 2011
Por: Demetrio Reynolds
Morales perdió en las urnas, pero igual ganó los jueces que quería. Ahora ya ostenta en las manos todas las riendas del poder. Sin embargo, nadie apostaría por su tranquilidad. Se dice que también es triste la ilusión que se cumple. Además, le rodean situaciones para no sentirse contento. A la derrota electoral se añadió el arribo triunfal de los indígenas, a los que se masacró en Yucumo. La Paz enalteció clamorosamente su heroico sacrificio.
¿Derrota hemos dicho? No, no hay tal para el oficialismo. Maquiavelo nunca estuvo ausente de las decisiones del Palacio Quemado. No importa cómo, la cosa era lograr lo que se logró. En la práctica se trata de reemplazar en la judicatura a unos masistas por otros. Del dedazo presidencial anterior al dedazo legislativo Plurinacional de hoy, ese es el tránsito que se opera.
Por eso es inútil esforzarse en llevar agua al propio molino. De principio a fin plagado de irregularidades, los resultados pueden decir lo que usted quiere que digan. Para los oficialistas el triunfo es incuestionable; los nulos y los blancos no cuentan. Ellos jugaron a una especie de suerte sin blanca; como en las ferias populares, donde los p’ajpacus engañan a los incautos. En su criterio, no tiene sentido hablar de quién ganó o quién perdió. El evento en cuestión era sólo para convalidar la “plancha” definida por los dos tercios en la Asamblea.