Aunque de manera general, en cada país se establecen condiciones propicias para que todos paguen impuestos, salvando algunas excepciones, resulta que el sistema inequitativo de la vigencia de impuestos abre la opción de crear al mismo tiempo condiciones propicias para practicar la evasión impositiva.
El asunto de los impuestos necesariamente tiene que ir paralelo al objeto de mostrar con ejemplos prácticos los beneficios que se logran al pagar tributos por todas las transacciones que se realizan, lo ideal sería precisamente esa forma demostrativa de explicar que la cuantía de la recaudación de un determinado periodo sirvió para esto o aquello, esto que el ciudadano siente de forma directa en el quehacer cotidiano o aquello que le servirá más adelante.
Pero las cosas no van por ese camino y aunque en las entidades que recaudan impuestos se habla de haber superado índices anteriores y tener mayor cantidad de recursos, caso de la Aduana y el Servicio de Impuestos Nacionales (SIN), todavía hay sectores que no tributan como deberían hacerlo, en tanto que sectores que cumplen una serie de obligaciones sociales no pueden eludir el pago de impuestos bajo alternativa de caer en delito de omisión y evasión.
Los impuestos que además de ser recaudados por aduana y el SIN también los recuperan las alcaldías por sistemas directos, por ejemplo de inmuebles o de vehículos, igualmente muestra algunas diferencias que hacen injusta la aplicación de los impuestos debido a la falta de actualización sobre la escala aplicable a los grandes edificios, las casas de lujo o las viviendas comunes de los barrios populares, lo mismo va en el caso de los vehículos que en este tiempo los más modernos y más caros están en manos de una mayoría reacia a tributar como le correspondería por el manejo de millonarios capitales.
Volviendo al caso de los impuestos generales, por ejemplo los que aplica la Aduana en operaciones corrientes, en puestos fronterizos y hasta en retenes de las ciudades tiene una connotación especial, que no es lo mismo cuando se trata de cobrar en un operativo de “grueso calibre” por valiosa mercadería incautada que estaba por saturar los mercados de contrabando, las ferias y algunos negocios que tributan en el régimen simplificado pero que se nutren de grandes contrabandistas que no pagan lo que debieran en materia tributaria.
El tema de los impuestos en nuestro país da para muchas apreciaciones y para variadas confusiones y contradicciones, pues cuando más se requiere recaudar fondos, supuestamente para distribuirlos entre la comunidad boliviana, hay sectores que de manera directa se resisten a pagar impuestos y en la dimensión del rédito político hay autoridades que admiten la propuesta, en una abierta y clara contradicción a los propósitos de universalizar de una buena vez el pago de impuestos ubicando a los contribuyentes en las categorías que corresponda a cada boliviano por la cuantía de su propiedad, de su actividad y de los beneficios comprobados que percibe por los que debe pagar después de cubrir toda la sarta de “obligaciones sociales y fiscales”.
No es posible que se rompa el esquema de la tributación regular que debería ser cada vez más accesible a la responsabilidad ciudadana, con medidas que dividen las condiciones utilitarias de los bolivianos, es decir favoreciendo sin que paguen impuestos a ciertos trabajadores que explotan recursos naturales y castigando con multas, clausuras y procesos a quienes hacen esfuerzos por pagar sus impuestos.
De lo que se trata en materia tributaria es generalizar la contribución que corresponda legalmente a cada quién, cuidando simplemente que nadie esté fuera de la categoría que realmente le corresponda. Así será posible que los que más tienen y más ganen, contribuyan más a favor del resto.
Fuente: LA PATRIA
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