Reminiscencias de un árbol

Aún recuerdo mis primeros días de vida en compañía de mi familia y de mis amigos, recuerdo que solía jugar con pequeños pinos, cedros y eucaliptos. De mi mente no podía salirse la idea de que nuestra altura era de gran importancia, mientras más alto solía ser uno, más era el respeto que poseía.

Con el transcurso de los años pocos fuimos quedando en este pequeño espacio del mundo llamado altiplano, fueron distintas las causas como ser los interminables inviernos o simplemente la antigüedad, dentro de mis memorias se encuentra el temor a la expansión de la minería llegando a afectar nuestro estilo de vida.

Después de una tranquila espera, llegó el día tan especial en el cual todo en mi vida cambiaría, y como era de esperarse, así fue. Un muro fue el que me separó de grandes amistades, pero como ya mencioné, me trajo hermosas experiencias, desde ese entonces fui integrante de un colegio con el denominativo de “Anglo Americano”. Muchos compañeros me comentaban que formar parte de un colegio no era algo que podía presumirse, pero tenía las esperanzas de que mi situación fuera diferente.

Con el pasar de los años mi tamaño fue aumentando al igual que el cariño que sentía por el colegio, difíciles de olvidar son los momentos en los cuales se trató de retirarme desde mi raigambre de esta institución, al igual que las largas conversaciones de reflexión con los alumnos, maestros, directores y otros miembros de esta hermosa comunidad. Probablemente formé parte de esta institución de una manera especial en mi situación de árbol y es muy probable que no muchos me den una gran importancia, pero imbuye dentro de mi ser, el orgullo de ser anglista.

Cada una de las actividades que pude presenciar trajo momentos que quedarán en el recuerdo de un árbol con importantes lecciones de vida, hasta el día de hoy mi actividad de mayor preferencia es el aniversario, porque este lleva al reencuentro de personajes que llegaron a ser parte de esta comunidad; que marcaron mi vida con una gran profundidad basándose en el sentimiento mutuo de amor, respeto y cariño al colegio.

Dentro de mi léxico no encuentro palabras para expresar todos mis pensamientos y sentimientos acerca de la comunidad anglista, tal vez el ocaso de mi existencia se acerque cada día, pero el cariño que recibe este colegio no tendrá su culminación y lo que hoy me queda, es desear todo lo mejor al Colegio Anglo Americano, no sólo en su presente, sino en su futuro. Muchas gracias por haberme brindado la oportunidad de pertenecer a esta gran familia.

Atte.: Un viejo pino

Fuente: LA PATRIA