Mi tía Restituta viuda de Batistuta, noble viuda de un guerrero garibaldino y que vive en Estocolmo (Suecia) desde que tuvo que abandonar Cochabamba a raíz del nombre que le impuso un cura de Quillacollo me llamó desde su lejano destierro.
-Soy tu tía Resty, la que vive en Estocolmo. ¿Te acuerdas de mí, sobrino Paulovich?
-Claro que siempre me acuerdo de ti, sobre todo, cuando cualquier otra de mis tías quiere dar algún mal paso como mi tía Semáforo a quien llamamos así porque a partir de las diez de la noche nadie la respeta.
-Te llamó, sobrino, porque anoche escuché hablar de Bolivia en la televisión sueca a raíz de unas elecciones judiciales, las únicas que se realizan en todo el mundo ¿Es eso verdad, querido sobrino…?
-Así lo asegura un paisano nuestro que sostiene que ha leído veinte mil libros…
¡Qué aburrido debe ser ese señor! Ha dicho la televisión sueca que Bolivia es uno de los países más democráticos de América Latina.
-Tampoco creas mucho en esas afirmaciones pues los candidatos a jueces y magistrados ya habían sido elegidos hace varios meses por los parlamentarios del gobierno.
-Y si ya estaban elegidos ¿Para qué tuvieron que votar los ciudadanos bolivianos…?
-Es que depositar nuestro voto en un ánfora, dentro de un cuarto oscuro nos produce mucho placer, caso similar al sexual.
-¡Ay!, sobrino bandido, no me hables de esas cosas que me producen mucho gustirriquitín y me hacen recuerdo a mi inolvidable Batistuta que murió al pie del cañón.
-Sentido pésame, tía Restituta, pero no nos desviemos del tema, ¿qué más dijo la televisión sueca y en general la escandinava acerca de las elecciones judiciales bolivianas…?
-Dijeron en la TV que cerca de un setenta por ciento de los bolivianos prefirió no votar, o votar en blanco o anular su voto pero que, a pesar de ese caudal de votos, el gobierno boliviano ganaría las elecciones porque la minoría sería declarada ganadora y sus candidatos serían investidos como jueces y magistrados.
-Esa información me parece verdadera, el gobierno perdió pero ganó las elecciones judiciales.
-¡Qué pena me da lo que sucede en nuestro país, sobrino, porque yo sigo siendo cochabambina y boliviana. Y te cuento que gano mucho dinero en mi empresa que gerento y que se llama “Navos Escandinavos, Sociedad en Comandita”.
-Me alegra mucho, tía Restituta viuda de Batistuta con tus nabos escandinavos, pero te cuento que en nuestro país hay mucha gente que dice que ya nadie podrá sembrar nabos sobre las espaldas de los bolivianos.
-Chau, sobrino, un beso a todos mis admiradores cochabambinos, si todavía quedan.
PAULOVICH
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