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Domingo 16 de octubre de 2011

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Revista Dominical

San Lucas: una obra pictórica para analizar

16 oct 2011

Por: Patricia Medina Terrazas

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El arte y la pintura como medios de expresión visual, son campos fascinantes dentro el género comunicacional de la imagen fija. La yuxtaposición de ambos campos de estudio, nos da la posibilidad de emprender una aventura investigativa en cuanto se refiere a una semiótica del arte que nos servirá de herramienta para conocer las significaciones y connotaciones de los elementos que intervienen en una determinada obra de arte.

Para este fin se ha elegido la obra de Melchor Pérez de Holguín denominada San Lucas, que junto a San Mateo, San Marcos y San Juan, forman la famosa serie de los Cuatro Evangelistas, una de las muchas obras importantes que identifican a este pintor boliviano.

A lo largo de la historia, San Lucas fue plasmado en base a atributos que responden a una triple personalidad; por ejemplo como médico se le pinta con algún instrumento de medicina, como pintor se lo puede apreciar con el pincel en la mano, tal como. Félix Asencio S.I. se refiere a San Lucas diciendo que es un artista de la pluma y que según la tradición antigua, fue también artista del lienzo y del pincel, atribuyéndole algunas imágenes de María que se conservan en Bolonia y Roma. Una tercera personalidad es la de evangelista, teniendo como característica al toro o becerro alado, como sinónimo de servidor de Dios y del hombre.

A propósito del tema, el próximo 18 de octubre recordamos el Día de San Lucas, que tiene como fieles devotos a los pintores de nuestro medio, que ven en el santo un protector e intermediario de los deseos y peticiones de los artistas plásticos, que expresan su fe a un Ser Supremo benefactor del mundo católico. Por tal razón y como homenaje a este selecto grupo de artistas de la paleta y el pincel es que se ha elegido realizar un estudio iconológico e iconográfico de la obra San Lucas del renombrado maestro Melchor Pérez Holguín, pero esta vez desde el enfoque de evangelista.

La obra pictórica denominada San Lucas pertenece a una de las series de Evangelistas que entre los años de 1714 a 1724 fueron realizadas por el pintor cochabambino Pérez de Holguín, obra que en la actualidad se encuentra en el Museo de la Moneda de Potosí, donde el pintor desarrolló su trabajo artístico; siendo considerado como uno de los máximos representantes del estilo barroco-mestizo de la época, por la belleza de sus obras y el manejo visual con notables influencias zurbaranescas en su estilo, pero que como nos dice Mesa-Gisbert en su obra “Holguín y la pintura virreinal en Bolivia”, no se puede decir que esta influencia haya podido crear en Holguín una estricta dependencia de escuela, al contrario, el pintor que trabajó en Potosí se nos muestra como uno de los más originales en toda la pintura latinoamericana.

Iniciando este paseo analítico de la pintura San Lucas, nos encontramos con mensajes de tipo religioso; donde se narran visualmente escenas de la vida de Jesús y que va desde su nacimiento hasta su muerte con el objetivo de catequizar e informar a los devotos de la época, siendo de fácil apreciación visual por su ordenada composición plástica.

La disposición equilibrada de sus elementos y la buena distribución de los espacios, presentan al observador como personaje principal precisamente a San Lucas, que según la historia nos cuenta fue médico de profesión y también poseía una gran cultura, siendo especialista en historia. Su nombre proviene del latín “Luce” que quiere decir luz, en consecuencia Lucas puede significa portador de luz o también luminoso o iluminado.

La composición en general de la obra se estructura sobre un triángulo equilátero. También el ritmo recorre alrededor del personaje principal haciendo varias curvas a partir del lado derecho-inferior del cuadro. Asimismo la obra expresa mucha estaticidad en su composición, por ser una obra religiosa y destinada a un espacio religioso de la época.

Y así, podríamos derivar en muchos más resultados de este análisis, llegando a la conclusión de que la obra de arte San Lucas de Pérez Holguín se constituye en un proceso comunicacional que a través de la imagen fija, es decir el cuadro, encierra un conjunto de elementos compositivos que transmiten mensajes de tipo religioso a un destinatario, que es el observador.

Es evidente que cada elemento que participa en esta obra de arte, tiene un significado particular y están adecuados de tal forma que se convierten en una estructura estética, que en su conjunto colaboran para emitir el mensaje central de tipo religioso.

Asimismo, diremos que Holguín hace hincapié en el detalle referente a la osteología y miología de sus figuras, realzando de esta forma las partes nobles del cuerpo humano que son los pies y manos especialmente de San Lucas.

En la producción de las figuras humanas, Holguín utiliza un canon de 7 cabezas, por lo cual llama la atención el achatamiento de su mundo y sus figuras, característica principal de la época; a lo que Mesa-Gisbert explica este fenómeno diciendo que es el resultado de la vivencia de Holguín en un “ambiente andino agreste y duro, rodeado de altas cumbres.(…) El hombre se siente aquí, abrumado por la naturaleza, por su hostilidad, por su magnitud y entonces se siente pequeño, se achica y se refugia en lo recóndito del espíritu, solo frente a Dios”. (Holguín y la pintura virreinal en Bolivia.1977:133).

Sin duda alguna que la identidad de un pueblo se edifica sobre el sólido cimiento de sus características culturales. Su personalidad, su estilo de vida y sus peculiaridades forman su prestigio y su vigencia como conglomerado social orgulloso de su pasado y su destino. Por tales razones se considera que la cultura y sus expresiones son fieles testimonios del pensamiento y sentir de los artistas de la época. Con el análisis de obras de arte, se pretende desentrañar las significaciones de los mensajes de estos pensamientos y sentir del artista que en un determinado periodo histórico los ha plasmado para perennizarlos en el tiempo. Ciertamente que la cultura se expresa a través de una infinidad de formas, una de estas es la pintura y que particularmente nos apasiona por la riqueza artística y comunicacional de su composición.

En el epílogo de este artículo, reiteramos nuestro saludo efusivo a los pintores orureños en su día y que bajo los brazos protectores de su santo patrono San Lucas, sigan haciendo historia basada en esa producción maravillosa de su creatividad.

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