La descolonización educativa como un proceso para transformar el país
09 oct 2011
Por: María Luisa Soria Zabala
La descolonización es uno de los temas menos comprendidas por un lado y por otro lado más expresadas en los diferentes contextos, especialmente de los funcionarios del Estado Plurinacional la misma está estipulado en la Constitución Política del Estado y refrendado en la ley Avelino Siñani y Elizardo Pérez, como uno de los principios que se debe desarrollar en toda las organizaciones públicas y privadas para construir un estado equitativo y solidario con igualdad de oportunidades tanto de hombres y mujeres con el propósito de lograr un bien común con la participación decidida de todo los actores educativos y sociales para alcanzar el vivir bien en comunidad.
Por lo dicho que la educación se convierte en el medio más importante para deconstruir la colonialidad en sus diferentes aspectos que está impregnada en cada individuo, en la familia, en las organizaciones, instituciones educativas, eclesiásticas y otros de la sociedad boliviana, para reconstruir y fortalecer la transformación del nuevo Estado, es necesario que la educación debe responder a la diversidad y complejidad de los diferentes pueblos existentes en el contexto nacional y al mismo tiempo que sean actores en la vida política y en el que hacer del país con todo los derechos y deberes como ciudadanos nacidos en este territorio del Collasuyo (Bolivia).
Cuando hablamos de descolonización en el contexto boliviano, nos referimos también a la exclusión, a la discriminación y a la explotación al que eufemísticamente se ha llamado “descubrimiento” como decía, Aníbal Quijarro “racialización de la sociedad” es decir que solo desde la emergencia de la modernidad y el capitalismo podemos hablar de categoría de “raza” como inferior y superior. Raza y clase son entonces constitutivas e inseparables a la lógica del capitalismo.
A partir de estas aseveraciones podemos indicar que la descolonización no se limita a un solo aspecto, más al contrario ataca a toda la estructura del sistema neoliberal expresado en las organizaciones operativas de la sociedad, las mismas se convierten en entes ejecutoras en las diferentes expresiones y manifestaciones de la cotidianidad ya sea en las prácticas o acciones de comportamiento que se demuestra en todo momento y existe la necesidad de incidir con una decisión firme y segura para desmantelar las prácticas coloniales en los espacios donde nos encontramos, la misma debe ser procesual y firme en nuestras acciones descolonizadoras.
Como decía, Aníbal Quijarro, para él, primero es necesario distinguir entre colonialismo y colonialidad. El primero es el “hecho” histórico de la colonia que, en concreto, mantenía el control económico, político y militar sobre la población del continente. El segundo es un proceso amplio de control hegemónico (social, político, cultural, religioso económico) de dominación, donde se impone prácticas de otras culturas que anulan otras formas de pensamiento y de realidad; aquí la colonialidad implica también la dominación del capitalismo, es decir colonialidad es un proceso civilizatorio generado no solo por la exclusión de los indígenas sino que tiene como base la expansión del capitalismo.
El mismo autor complementa que la “la colonialidad del poder”, se hace evidente que los procesos de exclusión del indígena y del negro son constitutivos del nacimiento de la modernidad capitalista. Es indisoluble el vínculo del nacimiento de la exclusión indígena o la racialización de la sociedad que involucra la colonialidad del poder con el nacimiento del capitalismo.
La misma nos demuestra que la colonialidad se institucionalizó en los diferentes estados de Latinoamérica como sistemas de gobierno moderno y innovador, que los países “subdesarrollados” debían ejecutar diferentes políticas enlatadas como civilizatorios y estar a la par del adelanto científico tecnológico, como la única forma de producir ciencia desde la visión de la cultura occidental, desmereciendo o subordinando la existencia de conocimientos de otras culturas; donde el poder colonial impone mediante convenios bilaterales y multilaterales con los diferentes estados, con el propósito de financiar diferentes programas que beneficien especialmente a los indígenas o campesinos por humanidad que ellos necesitan apoyo incondicional que la misma fue de manera sutil y simulada.
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