Frente a una realidad que está cambiando poco a poco pero que todavía no alcanzó el nivel de equilibrio que se pretende a favor del sector femenino del país, activistas nacionales profundizan una serie de acciones dirigidas a la “despatriarcalización” del sistema, reconociendo que tras muchas acciones se ha logrado avances significativos en ese objetivo.
Los derechos de las mujeres bolivianas son reconocidos cada vez más en los ámbitos profesionales y laborales, especialmente en el sector público o mejor en la estructura del servicio político en el aparato estatal, donde si bien no se logró todavía y de manera general el respeto a igualdad de género que significa similar porcentaje en las designaciones entre hombres y mujeres, para el desempeño de ciertas actividades, lo cierto es que se acortaron las diferencias y el hasta hace poco denominado “sexo débil” ha retomado una fuerza que se ubica en instancias superiores para mostrar, capacidad y fortaleza.
En los últimos días se han cumplido en La Paz y se han extendido a otros distritos del país unas interesantes jornadas feministas que sirvieron para reflexionar seriamente sobre el proceso de cambio que se vive en gran parte del continente latino y que es repercusión de movimientos similares que ya han estremecido las estructuras “machistas” que todavía prevalecen en Europa y Estados Unidos, donde las cosas van cambiando con saldo positivo para las corrientes emergentes de un nuevo orden que reconoce los valores feministas.
Activistas extranjeras que han dirigido las jornadas feministas coincidieron en señalar que “el proceso político de Bolivia es el más profundo de América Latina en el proceso de la despatriarcalización que podrá aplicarse con mayor seriedad y responsabilidad una vez que se apruebe una ley que apunta a “desmontar el sistema machista que está enraizado en Bolivia”.
La apreciación es parte de las conclusiones que también reconocen un hecho significativo en nuestro país y que tiene que ver con una realidad que aún dista mucho de cambiar, pero que avanza lentamente una vez que el sector “machista” toma conciencia del verdadero rol de la mujer, de sus capacidades y su voluntad de servicio en el cumplimiento de objetivos comunes.
No hay duda que los derechos de las mujeres bolivianas son reconocidos, cada vez más en los niveles laborales y profesionales, en la administración pública, en el escenario político e inclusive en el sector privado…pero todavía son muy lentos los cambios que se producen en el escenario privado, como el hogar, donde prevalecen formas machistas de control.
Muchos cambios se producen paulatinamente, pero de acuerdo al frío análisis de expertas activistas en la materia, lo que está sucediendo especialmente en el cumplimiento de responsabilidades políticas, también tiene mayor incidencia la presión machista que distorsiona la esencia del verdadero pensamiento y decisión del sector femenino.
En conclusión, se establece que el patriarcado existe, especialmente en el hogar, una reserva de fuerza del machismo que sin embargo está cediendo a la capacidad del sector femenino que busca cada vez más armonizar la idea y la práctica de eliminar la discriminación en un sistema que no tenga diferencias ni en la vida privada tampoco en la pública, ambos escenarios en los que el feminismo se asienta poco a poco, pero que exige mayor preparación de las actrices o protagonistas de la actividad política.
Fuente: LA PATRIA
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