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Domingo 09 de octubre de 2011

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Revista Dominical

La práctica musical en la civilización de los pueblos

Educación musical en los niños como política educativa

09 oct 2011

Por: Trifón Choque Jiménez

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¿Qué es la música? La música es un lenguaje que desde los tiempos más remotos ha servido al hombre para expresarse y comunicarse. Este lenguaje universal, lleno de expresividad, creatividad, sugerencia, y evocación es eminentemente activo, educador, globalizador e integrador.

Desde las civilizaciones más antiguas, hasta las modernas, incluyendo las escuelas de filósofos de la época, han coincidido en la importancia de la música y hacen recomendaciones sobre la necesidad de que sea practicada desde las edades tempranas.

Milenios atrás, la música tenía origen divino para los antiguos egipcios. El propio Osiris había enseñado las leyes de la armonía a los humanos y se le presentaba como al introductor de la música y la danza. También las diosas más importantes, como Hathor, se erigieron en patronas de este arte. En el templo de esta deidad en Dendera se conserva un himno que expresa la idea de armonía cósmica y prefigura la teoría de “la música de las esferas”: el cielo y las estrellas tocan para ti…y te cantan el sol, la luna y los neters” (dioses) (1).

A pesar de la existencia de estudios profundos sobre Egipto, no tenemos partituras que permitan reproducir las piezas musicales egipcias. La transmisión de este conocimiento se hacía por vía oral. Las pinturas, los bajorrelieves, los jeroglíficos de los templos y los mitos nos permiten identificar los instrumentos que tocaban y en que escenarios lo hacían.

En el mundo andino, los conocimientos en materia musical de la cultura ancestral precolombina han quedado en un completo misterio. A lo mucho, algunos especialista manifiestan que la “música nacional” indígena constituye el patrimonio de mayor relevancia para la gran mayoría de sus pobladores, en mayor grado que la literatura, las artes plásticas y otros tipos de expresión, pues al no tener acceso a las formas escritas del arte, a causa de su analfabetismo, ni a otras categorías artísticas académicas debido a sus bajas condiciones de vida, las masas han volcado en la música una enorme riqueza artística y documental” (2).

Así encontramos una variedad interminable de expresiones artísticas musicales especialmente en la región andina. Todos estos pueblos han vivido en una cultura agroecológica donde acompañan sus actividades agrícolas y pecuarias con música y danza. “Una de las características más notables de la música rural en los andes bolivianos es la fuerte asociación de ciertos instrumentos musicales, coloraciones tonales géneros y afinaciones con el ciclo agrícola y el calendario festivo” (3).

Es necesario reconocer, que es cada vez más, los espacios y las modalidades de transmisión del patrimonio musical tradicional local van entrando en crisis. Está ampliamente reconocido que las comunidades indígenas se hallan entre las poblaciones más vulnerables y marginadas, disponiendo de un acceso cada vez más limitado a los recursos tanto de carácter material, como inmaterial. Sin embargo son ellas las depositarias de sistemas de conocimientos y acervos artísticos de inmenso valor estético, una verdadera “escuela musical distinta”, cuya importancia es vital en vista del mantenimiento de la diversidad cultural, en un mundo cada vez más globalizado, fundamentalmente la salvaguarda y la revalorización del patrimonio musical andino debería ser una de las primeras tareas.

ENSEÑANZA MUSICAL EN LA ESCUELA

En el desarrollo de las sociedades, se cree que la música, junto a las demás artes, tiene que ocupar el lugar que le corresponde en la educación por haber demostrado suficientemente su alto valor educativo. Sus componentes, el ritmo, la melodía y la armonía, no solo enriquecen, reconfortan y alegran, tanto al oyente como al intérprete y compositor, sino que apelan a las principales facultades humanas, la voluntad, la persistencia, la sensibilidad, la imaginación creadora y la inteligencia.

En el niño la música ejerce un impacto tal que se convierte en fuente de energía, actividad, movimiento, alegría y juego.

Piaget, expone “que el aprendizaje musical comienza con la percepción, desde el nacimiento el niño percibe a través de sus sentidos el mundo que le rodea, y el oído es la fuente por donde le va a llegar toda clase de experiencias sonoras”. A través de experiencias con música, el marco conceptual se desarrolla desde la percepción de un simple concepto a una red más complicada de conceptos. (Pflederer, 1984, p.28)

En nuestro país, se ha promulgado la Ley Nº 070, de Educación, esta ley contiene cuatro principios: educación descolonizadora, intra-pluri-intercultural, educación comunitaria y educación productiva. Dentro este marco contextual se observa que la educación está viviendo un proceso histórico – social determinante en Bolivia, lo que nos exige analizar seriamente la situación actual por la que atraviesa el proceso educativo, de manera que es necesario iniciar un debate entre educadores, la población civil, estudiantes y los gobiernos locales, con el fin de evitar caer nuevamente en una educación “moderna” descontextualizada e improductiva.

Encontramos que nuestro país es eminentemente musical, las bandas escolares son el orgullo de cada unidad educativa. Sin embargo, en la actualidad, la educación escolar no cambia, es todavía un espacio de alienación cultural repetitiva, donde los problemas pasan por la escasa formación pedagógica del maestro en las Normales, la no existencia de cursos continuos de actualización docente, poca atención del Estado en la mejora de la calidad educativa.

Al mismo tiempo la no existencia de material didáctico es casi evidente y en especial para la formación musical de los educandos, lo cual repercute en la poca vinculación de la enseñanza formal con las necesidades locales y que en consecuencia la niñez y la juventud con inclinaciones musicales al no encontrar referentes positivos y oportunidades de estudio, u ocupación; terminan a temprana edad conformando o engrosando las bandas musicales populares de animación en calidad de operarios donde el consumo de bebidas alcohólicas lamentablemente es un “ritual forzoso” que no corresponde a la cultura andina.

Sin embargo, la música puede trabajarse dentro el sistema educativo como una transversal y no como una asignatura ya que coadyuva a las demás y las puede hacer más gratificantes en su desarrollo, para que así el estudiante se sienta más impulsado en el estudio, en algunos países se usa la música como una terapia en aquellos estudiantes con problemas de aprendizaje y de conducta es por esta razón que se debe fomentar, desarrollar la practica musical y otras artes como una transversal de modo tal que se encuentre en todas las asignaturas.

Debemos tomar la música como una herramienta potente de crecimiento, como vinculo de la enseñanza formal con las necesidades locales, fundamentalmente como instrumento de participación, crecimiento cultural y desarrollo, en la formación individual de las personas, en tanto que son símbolo y patrimonio colectivo de nuestro país.

(*) Estudiante y Miembro del Taller de Etnomusicología, Carrera de Antropología, UTO)

Citas

(1) L. García la Cruz, 2004: 23

(2) B. Rossells, 1996: 1

(3) H. Stobart, 1996: 67 - 81

Bibliografía

1. ARNOLD D. y Yapita, Juan de Dios “Rincón de las Cabezas, Colección Academia, UMSA. 2000,

2. BELLENGUER Xavier, “El Espacio Musical Andino”, IFEA, CBC. 2007

3. MORENO María Del Carmen, “Innovaciones Pedagógicas, Cooperativa Editorial, 1994

4. QUINTANILLA Coro Víctor, “Descolonización Educativa: Educación del Sumaj Kawsay y Humanismo Comunitario”. UMSA. 2008

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