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Domingo 09 de octubre de 2011

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Revista Dominical

Una obra de Demetrio Reynolds

Contra viento y marea: Un perfil no autorizado de “Evo Presidente”

09 oct 2011

Fuente: LA PATRIA

Por: Mónica V. Aramayo Quinteros - Periodista

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Caracterizado por la acuciosidad del maestro de literatura, con amplia trayectoria en el ámbito de la enseñanza en diferentes colegios de Oruro, como el Anglo Americano, John F. Kennedy, Liceo Oruro, así como reconocido dirigente sindical de los años 70 en el magisterio, ahora replegado a los cuarteles de la reflexión y con la sabiduría que dan los años, es Demetrio Reynolds López, quien cultivó un libro que lleva el título: Contra viento y marea: Perfil no autorizado de “Evo Presidente”, obra en la que el autor compila una serie de artículos publicados en la prensa nacional a lo largo de tres años.

Con la suficiente autoridad moral de haber sido un hombre que vivió los procesos de dictadura, torturado y encarcelado, por el sólo “delito” de expresar con los bríos de la juventud de los años 70, su rebelión frente a la opresión y ser parte del grupo de los entusiastas hombres de izquierda, Reynolds se identifica como “el ciudadano que observa y siente como algo especial la decepción, las frustraciones y los desengaños de la gestión de Evo Morales”.

A manera de presentación de su obra, al hablar de “la razón de ésta locura” indica que es un testimonio o una visión personal de los hechos más significativos en el ámbito político del país, motivado por la indignación y el descontento por el “contraste entre la idealizada esperanza y la realidad distinta”.

Aclara que la visión crítica de la publicación no es la de la oposición partidaria; tampoco -obviamente- la del oficialismo, pues Reynolds afirma que los bolivianos vimos en el indígena Evo Morales el redentor del destino nacional que junto a “la fuerza política que irrumpió vigorosa y promisoria al escenario político en 2006 después del fracaso de la política neoliberal, constituía en verdad la reserva moral de la República”.

En los 90 artículos publicados en más de 300 páginas que contiene el libro editado por la industria gráfica “JV”, Demetrio Reynolds refleja parcialmente “las huellas del errático rumbo que siguió el régimen masista en el poder”, refiriéndose también a que la exclusión, el racismo y la discriminación que no son males nuevos, pero fueron exacerbados al máximo en años recientes.

“Se notará sin duda cierta vehemencia en varias opiniones y comentarios. No he podido evitarlo. De alguna forma, el propio carácter beligerante de la política nacional ha influido en mi actitud y en la tónica del estilo”, confiesa.

ARTÍCULOS

La reflexión, crítica y comentarios de Reynolds están resumidos en artículos como el referido a lo que en algún tiempo se mal denominó como “justicia comunitaria” lo que él llama “salvajismo primitivo” o “asesinatos comunitarios”. También describe la situación del éxodo a España, protagonizado por miles de bolivianos que dejan el país con visión de “mejores días”.

En su artículo “Analfabetismo cero… a la izquierda”, pone en duda el programa de alfabetización que llevó adelante el Gobierno, supuestamente alcanzando el éxito esperado. “Aparte de su utilidad política en el repertorio de “Evo cumple, ¿hubo realmente alfabetización?”, cuestiona.

En otro comentario se refiere a las polémicas tareas escolares en vacación, cuestionando la labor de sus colegas al indicar que hay todavía algunos profesores que creen que la “letra entra con sangre”, es decir, con castigo por cuanto la tarea sin racionalidad se convierte en castigo.

Reynolds asegura que con docentes actualizados desaparecería el recargo insulso de tareas, pues los alumnos aprenderían lo que tienen que aprender en las aulas, para eso van a la escuela, “no a recoger tareas”.

La prometedora pluma de Reynolds anuncia tres obras inéditas a publicarse, ellas son: el poemario “Ch’illca (Desahogos sentimentales)”, “Lucata: El puente del diablo y otros relatos”, la novela “Soy de ninguna parte” y la obra en prosa lírica “Sensaciones fugitivas”.

90

El artículo “Con los humos en la mollera”, que lleva el número 90, probablemente sea el que justifica que su obra sea conceptualizada como un perfil no autorizado de “Evo Presidente”. El cual transcribimos en toda su extensión.

En este análisis Reynolds refiere que antes de ahora todo era fácil para el “hermano Evo”. En los cinco años jamás conoció la inseguridad bajo sus pies, ni la inestabilidad del poder en sus manos. Se deslizaba por terreno llano del halago y la popularidad. Tiene instinto de guerrero. Sabe dónde está el enemigo potencial y con qué armas doblegarlo. Con la saga de triunfos electorales se sentía un pequeño dios; confiaba en que nada socavaría su pedestal de Apu Mallku.

Ningún otro gobierno tuvo tantas ventajas desde un principio. Se tocó con la jauja económica por las materias primas y la condonación de deudas. En hidrocarburos fue el cosechador de la siembra ajena. Los “movimientos sociales” -su apoyo principal- son sindicatos convertidos en células políticas. Para la apariencia y visión externa se arropó de indigenismo, cuando en realidad es un régimen de naturaleza distinta.

Del hombre sencillo y humilde no queda rastro. Doctorados, películas y libros biográficos con olor a incienso; guía espiritual de los pueblos y héroe por la pachamama, candidato al Nobel de la Paz… ¡Cómo no habían de cambiarle! Se volvió “soberbio, autoritario y ególatra”. Para sus áulicos es “un hombre de paz, de diálogo y de concertación”; “profundamente demócrata, el mejor presidente”; “líder continental, incluso mundial”. Un gran cartel, sin duda; pero es sólo pirotecnia verbal, como en la noche de San Juan, un destello fugaz en el aire y luego puro humo.

Su irrefrenable soberbia le ha llevado a la confrontación con quienes ayer lo apoyaron sin retaceos. Como en el caso de los dictadores, no tolera la disidencia ni la crítica. Cuando era víctima de la represión, la Iglesia Católica lo amparó. Una vez en el poder, la declaró su enemiga y le combatió con saña. Los periodistas lo acompañaron en su lucha, eran casi sus voceros itinerantes; pero desde la silla presidencial les declaró también sus enemigos; les humilló, les inventó la mordaza.

Es de temperamento pasional e imprevisible, así como hiperactivo y locuaz. Al escucharlo se pensaría que está hablando en Lauca Ñ y está actuando en un foro internacional. En todas partes, el cocalero desplaza al Presidente. En papel de víctima fue exitoso al principio, pero se desgastó con rapidez. Hoy no le hace ningún bien el asociarse con los dictadores de Cuba y Venezuela; sin embargo, va junto a ellos en pos de un fantasma llamado socialismo del siglo XXI.

Ambivalente y contradictorio. No hay otro político que se parezca tanto al mítico Jano, el dios de la doble cara. Unos ejemplos:

“Soy comunista, marxista, leninista…” Pero en víspera de su viaje al Vaticano se declaró un devoto católico. Por aquello de los 500 años despotricaba contra España, abominaba del pasado colonial, y una vez en el Palacio de la Zarzuela manifestó sin sonrojarse que el pasado no cuenta sino el futuro. Los Reyes, no obstante, lo trataron con fineza. Ahora último, a raíz del cambio de estrategia con el mar, desde Chile acaban de decir que Morales “padece un síndrome bipolar”.

Muchos analistas -y no precisamente desafectos con él- le pidieron volcar su esfuerzo hacia la economía; que ya era bastante la política. Pero empecinado el hombre, no escuchó. Hasta que una nube de tormenta le puso en guardia (DS. 748). Detrás del eufemismo “nivelación”, ¿qué se escondía? ¿Un tigre más que rinde su piel para la alfombra de las petroleras? ¿La amenaza del déficit fiscal? ¿El omnipotente poder del contrabando? ¿Acaso todos juntos? ¡Quién sabe!

Al verse obligado a borrar con el codo lo que había escrito con la mano, bajo la alternativa de rodar por la pendiente, tal vez se dio cuenta de varias cosas. El apoyo masivo que parecía incólume se resquebrajó en pocas horas, que la economía es el talón de Aquiles para cualquier gobierno, que sus asesores o son incapaces o carecen de valor civil para decirle la verdad.

Con el poder total en las manos, ahora enfrenta su hora amarga. Se extiende por delante una perspectiva sombría; quizá ya no le sirva la “estrategia envolvente” que era para prorrogarse en el poder. Los bonos electorales, la Constitución “chuta”, las leyes largas y cortas, la Asamblea funcional son sus logros. En el otro platillo de la balanza pesan fuerte: Las empresas estatales a la deriva, la agricultura estancada, una nueva frustración con Chile; el atraso invariable en los hospitales, escuelas y caminos.

Estos desafíos aún no tienen respuesta; pero el contrabando, el narcotráfico y la corrupción -sus verdaderos enemigos- estrechan su círculo de fuego peligrosamente.

Fuente: LA PATRIA
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