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Domingo 09 de octubre de 2011

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Revista Dominical

Para vivir en libertad y con garantías constitucionales

La democracia, el tesoro más valioso de un pueblo

09 oct 2011

Fuente: LA PATRIA

•El 10 de octubre de 1982 fue el momento más importante de Bolivia en las últimas décadas porque se recuperó la democracia • Por: Dehymar Antezana - Periodista

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Para nuestros gobernantes, no sólo los de ahora, sino también los de antes y seguramente los que vendrán, les costó, cuesta y costará entender qué es la democracia, ya que si bien se fue pregonando con el discurso esa doctrina, podemos afirmar que quienes siempre llegaron al poder la vulneraron, como consecuencia de sus desaciertos, errores, emborrachamiento del poder y soberbia.

Lo vivimos antes, lo vivimos ahora y lo viviremos mañana, pero ¿qué es democracia?, ¿por qué cuesta tanto entenderla? Y sobre todo ¿por qué cuesta tanto aplicarla?

Es necesario desmenuzar esta palabra en su concepto real y para ello recurrimos al diccionario, que nos ayudará a encontrar su etimología y por supuesto su concepto, aunque en la mayoría de los diccionarios el concepto es generalizado y por ello lo enfocaremos de manera general.

DEMOCRACIA

De acuerdo a los textos mencionados, la democracia como concepción tiene su origen en Grecia y está formada por dos vocablos: “demos” cuyo significado es “pueblo y “kratos” que significa “poder” o “gobierno”. Se conoce que este concepto se comenzó a utilizar en Atenas - Grecia, a partir del siglo V a.C.

Esta palabra y el ejercicio que implica en la práctica política ha ido cambiando y modernizándose.

Actualmente, la democracia se puede explicar como una organización de un grupo de personas, en la que la toma de decisiones del poder reside en la totalidad de sus miembros, tras una voluntad general.

En el último tiempo, la democracia se ha convertido en una forma de gobierno muy añorada por el pueblo, porque a través de su voto, logran elegir a su representante que guiará su destino. Aunque cuando ese representante llega al poder se olvida cómo llegó y de demócrata se convierte en rey chiquito.

La democracia es también la organización de un Estado. La participación directa o indirecta, hace que el pueblo elija a sus representantes.

Cuando las decisiones son adoptadas en forma directa por el pueblo, se habla de democracia directa. En cambio, la democracia indirecta o representativa hace referencia al sistema en la que las decisiones son tomadas por aquellas personas a los que el pueblo reconoce como sus representantes legítimos.

La democracia participativa aparece cuando el modelo político permite que los ciudadanos se organicen para ejercer influencia directa sobre las decisiones públicas.

Hay otros conceptos que señalan que la democracia es el mejor modelo político para vivir en convivencia, en la que todos sus habitantes son libres e iguales ante la ley, mientras que las relaciones sociales se establecen a través del diálogo y la tolerancia.

Qué concepto más bonito, pero utópico en nuestros días, porque no hay tal, al menos en nuestro país. Y no me juzgue como opositor, derechista o comunista, porque decimos lo que se ve; es como en el “cacho” donde se anota lo que se ve.

Según Platón y Aristóteles, la democracia es la forma de gobierno de la “multitud” o de “los más”, ojo que en ese entonces no había el Movimiento Al Socialismo (MAS), la palabra entrecomillada con el “los” por delante y con acento, se refiere a los de la mayoría, por si acaso.

HISTORIA

Pero no queremos debatir en conceptos, que ese no es el propósito de esta nota, por el contrario, lo que queremos es refrescar un poco, la memoria de los bolivianos, que sufrieron por décadas las humillaciones, vejámenes, torturas y luto que dejaron las dictaduras. Al mismo tiempo, hacerles recuerdo, de lo cuán maravilloso puede ser vivir en una “verdadera” democracia, no pisotearla y herirla de muerte como está desde hace un par de años en nuestro país.

¿Y porqué refrescar la memoria? Porque sencillamente recuperar la democracia, al margen de haber ofrendado vidas, ha sido el trabajo y esfuerzo de todo el pueblo boliviano y que muchas se olvidaron de cómo fue reconquistada.

Por eso decimos, que el 10 de Octubre de 1982 ha representado para los bolivianos, una de las epopeyas más trascendentales de las últimas décadas y por qué no decirlo de la historia del país, ya que después de vivir una pesadilla con la instauración de la dictadura y los gobiernos de ultraderecha, se logró tener de vuelva a la tan añorada democracia.

No hay que olvidar que la época democrática se cortó en 1964 cuando asumió el poder mediante golpe de Estado, el Gral. René Barrientos Ortuño.

Aunque tampoco debemos dejar de mencionar que años antes, con el gobierno del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) las condiciones no fueron las ideales para el país, porque también se coartaron una serie de libertades, se mató a gente inocente y contestataria a ese gobierno, además de violarse los derechos humanos y los preceptos constitucionales.

Pero en sí había un fanatismo por el movimiento nacionalista que se generó en el gobierno de Germán Busch, cuya corriente se fue afianzando con el paso de los años y el MNR fue el producto de ese pensamiento.

En fin, son situaciones que sucedieron y que nadie pudo ponerle un alto debido a la soberbia de los gobernantes de turno, que usaron la violencia como su letal arma en contra del pueblo que sólo quería días mejores.

Como decíamos, antes de recuperar la democracia sucedieron uno tras otro los gobiernos de facto y para refrescar la memoria del pueblo, los mencionamos uno a uno.

René Barrientos dio en 1964 un golpe de Estado a Víctor Paz Estenssoro, se formó una Junta de Gobierno Militar. Un año después el país se manejó en una copresidencia dirigida por René Barrientos y Alfredo Ovando Candia.

En 1966, Ovando decide hacerse del poder, aunque no le duraría mucho tiempo esa intención, ya que el mismo año, nuevamente René Barrientos recupera la presidencia, esta vez lo hace como un gobierno civil, al cual sucede en 1969, Luis Adolfo Siles Salinas.

Ese año, 1969, nuevamente ocurre otro golpe, el de Ovando Candia, cuyo gobierno duraría sólo un año, porque otro militar se haría cargo del país, Juan José Torres González en 1970.

Posteriormente, vendría otro golpe duro para el país, Hugo Banzer Suárez ingresaría a través de las armas al Palacio de Gobierno en 1971, y se quedaría en el poder hasta 1978. Dicen que fue uno de los golpes más duros y que enlutó a la familia boliviana, sin embargo, la justicia divina se haría cargo de él, en los últimos años de su vida pagó a través de una enfermedad letal, por el sufrimiento del pueblo castigado durante su gobierno.

Volviendo a 1978, ese año dimite Banzer tras el golpe de estado de Juan Pereda Asbún, cuyo ejercicio en el poder duraría menos de un año.

Otro golpe de Estado se gestó en 1978 con David Padilla Arancibia, quien entrega al poder constitucionalmente a Walter Guevara Arze, pero su gestión duraría tan solo tres meses, ya que en la fiesta de Todos Santos, Alberto Natusch Busch se encargaría de organizar un nuevo golpe en el país en 1979, su régimen sólo duró 16 días.

Tras él viene otro gobierno constitucional, el de Lidia Gueiler Tejada, su gobierno fue un poco más largo que el de Guevara, duró ocho meses y un día, ya que su primo, Luis García Meza Tejada se encargaría a punta de fusil hacerse de la presidencia el 17 de julio de 1980.

Por su incapacidad de gobernar y la presión social en contra, no tiene otro camino que renunciar el 4 de agosto de 1981 y entrega el poder a una junta militar integrada por Celso Torrelio Villa, Waldo Bernal Pereira y Oscar Pammo Rodríguez.

La Junta Militar duró tan solo un mes y de facto se hace presidente, Celso Torrelio Villa hasta 1982, cuando el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas decide colocar como presidente a Guido Vildoso Calderón, quien sería el último presidente militar y de facto que tuvo Bolivia, al menos hasta estos días. Ahí terminaría la larga gobernación de la bota militar, improductiva, corruptiva y teñida de sangre boliviana.

Sin embargo, tras la dictadura de Banzer, el pueblo boliviano a través de distintas acciones logra poner de manifiesto, su decisión de volver a la democracia.

EL RETORNO

Entre 1978 y 1980 se llevaron adelante en el país tres elecciones, cuyo vencedor en todas fue el líder de la Unidad Democrática y Popular (UDP), Hernán Siles Suazo. En 1979 hubo un empantanamiento entre la UDP y el MNR, por ello se decide que Guevara fuese investido como presidente de Bolivia.

Mientras que en la elección de 1980 Siles gana con el 38,7 por ciento de los votos, seguido de Víctor Paz con el 20,1 por ciento. Banzer lograría el tercer puesto con 16,8 por ciento y Marcelo Quiroga Santa Cruz llegaría a ocupar el cuarto lugar con el 8,7 por ciento.

Como el Congreso Nacional no definía quién sería el Presidente, debido a que no había una mayoría absoluta de Siles para consagrase en el poder, 18 días después de las elecciones, vale decir, el 17 de julio de 1980, García Meza da el golpe de Estado en el país.

Pero, después de su caída y de una serie de gobernantes militares que perdieron su poder ante el pueblo, la presión hizo más ante el gobierno de Guido Vildoso, quien tenía la misión de gobernar por un año para luego encaminar un gobierno democrático a través de las elecciones, pero aquel objetivo no se dio, porque las presiones sociales fueron su talón de Aquiles.

Para ello, la Central Obrera Boliviana (COB), a través de su líder, Juan Lechín Oquendo y su colaborador, Simón Reyes exigía una salida al proceso dictatorial.

LA PROPUESTA

Como había descontento generalizado y el pueblo estaba cansado de elecciones, el vespertino Última Hora sugirió que se convocara al Congreso Nacional elegido mediante las elecciones de 1980, para darle una salida democrática a la situación que vivía el país.

Al principio esa sugerencia no fue escuchada y menos aceptada, sin embargo, como la situación se fue haciendo insostenible, varios grupos de poder, entre ellas, la de los empresarios se suman a la sugerencia del medio de comunicación, que trazaba la línea para llegar a recuperar la democracia.

La sugerencia cobró fuerza y finalmente, se logró reunir al Congreso que fue elegido en las elecciones de 1980, para que el 5 de octubre de 1982, Hernán Siles Suazo, quien estaba en el exilio vuelva al país para ser posesionado como Presidente Constitucional de Bolivia, fue apoyado en la Vicepresidencia por Jaime Paz Zamora.

La UDP era el producto de una coalición de 1977, en la que se unen junto al Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) de Paz Zamora, Oscar Eid y Antonio Araníbar Quiroga, el Partido Comunista de Bolivia (PCB) de Jorge Kolle Cueto y el Movimiento Nacionalista Revolucionario de Izquierda (MNRI).

Para algunos analistas, la sugerencia de reunir al Congreso del 80 fue el punto de partida del fracaso de la UDP, debido a que no tenía la mayoría plena.

En cambio, si se hubiese convocado a una elección, Hernán Siles Suazo hubiese entrado al gobierno con una mayoría absoluta y quizás su administración no hubiese pagado los platos rotos que dejó la época de las dictaduras, no sólo en el tema económico, sino también en el político y social.

Al margen de lo que pudo haber ocurrido después a consecuencia de la hiperinflación y de la caída del gobierno de Siles, Bolivia al reencontrarse con un gobierno civil, vivió una verdadera democracia, quizás el más alto hasta nuestros días.

AHORA

Ese episodio fue efímero y con el paso de los años, la democracia fue cambiando de concepto, forzado por los gobernantes de turno. Hoy en día, afirmamos con certeza, que la democracia está herida de muerte, así se diga lo contrario.

Si bien dijimos al principio, que la democracia es el mejor modelo político para vivir en convivencia, los hechos actuales nos llevan a creer en todo lo contrario, porque hoy el país está en un estado de confrontación permanente, dividida por las ideas políticas de gobernantes que están en una nube sobre todos y no quieren pisar la tierra con sus pies, para gobernar obedeciendo al pueblo y no utilizarlo como una retórica, después que se sembró el terror de la persecución.

En democracia, todos deberían ser iguales ante la ley, pero ese concepto tampoco se respeta, ya que ahora primero se mira el color con el cual está teñido el corazón, para obrar.

A unos se les juzga y mete a la cárcel sin un proceso digno, mientras que otros que cometieron los mismos errores o quizás peores, ni siquiera son juzgados o la ley es demasiado pasiva ante ellos. Para qué mencionar los ejemplos, si por decirlo podríamos ser las próximas víctimas de esta “pseudo dictadura”.

Para qué pedir que reflexionemos sobre estos temas, si sabemos que no lo haremos, porque estamos cegados por un color político, que sólo la historia se encargará de juzgarlo. Y como ocurrió en todos los gobiernos que hicieron daño, si bien la justicia de los hombres no pudo castigarlos, la justicia Divina, si lo hizo.

Soñar en una verdadera democracia, es una utopía neta; pero quizás cuando alcancemos la madurez suficiente, los bolivianos podremos vivir en paz y haremos respetar la decisión de una verdadera mayoría y no la de un invento mediático.

Este 10 de octubre, Bolivia conmemora 31 años de democracia y nos preguntamos si la conquista realizada en 1982, realmente valió la pena o simplemente fue un pantallazo de pocos años, para pisotearla nuevamente, vulnerando las libertades que este modelo propone y de donde sobresalen el respeto a los derechos constitucionales, el respeto a la Constitución Política del Estado, el respeto a los derechos humanos, la vigencia permanente de la libertad de expresión, la libertad de prensa y la libertad de pensamiento, que debería estar arraigada en la tolerancia y el respeto mutuo.

¿Cambiaremos?, sólo el tiempo nos dará la respuesta, pero creemos que ya es tiempo de hacerlo, por el bien nuestro, de los hijos y de las futuras generaciones que vendrán y que no deben pagar los errores que se cometen, porque al final, si su origen de nacimiento será este país, no deben heredar culpas ajenas y desaciertos de ambición popular.

Que la democracia vuelva a ser el tesoro del pueblo y se convierta en nuestra voz de lucha, porque así lo queremos y así deber ser, a no ser que usted diga lo contrario…

Fuente: LA PATRIA
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