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Domingo 09 de octubre de 2011

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Revista Dominical

Cuestionamiento sobre la Independencia del Alto Perú

09 oct 2011

Fuente: LA PATRIA

Por: Vicente González Aramayo Zuleta

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El doctor Julio Ortiz Linares, autor de libros exitosos sobre Derecho, Ministro de la Corte Suprema, ha publicado un interesante e importante artículo acerca de la Proclama de la Independencia de el Alto Perú que se dio en otra fecha y en otro lugar.

Como sabemos, desde nuestros estudios de primaria que lo que ahora es Bolivia fue denominada Alto Perú, porque era parte de todo el Perú, y porque fue parte del virreinato del Perú, pero la parte de el Alto Perú, llamada con más acierto “Charcas”, o “Chuquisaca”, fue también parte del virreinato de La Plata, y tenía como centro jurisdiccional a Real Audiencia de Charcas a la que correspondían también otras naciones (actuales). Bolívar tuvo el propósito de crear un solo Perú, pero hubo disidencias, que los altoperuanos les hicieron conocer a Sucre y a Olañeta que deseaban una autonomía definitiva, y eso hizo a Sucre, crear un nuevo país.

Empero, aún cuando la Célebre Batalla de Ayacucho, en la que el que por esta razón sería “Gran Mariscal de Ayacucho, fue el preciso antecedente para el decreto del 9 de Febrero de 1825 que rubricaba la independencia, existe este cuestionamiento, y por los datos ofrecidos por Ortiz Linares, quien realmente proclamó la independencia antes del aquel famoso Decreto, de ut supra fue nada menos que el coronel Carlos Medinaceli, en la ciudad de Tupiza, de modo que recién vendría la consolidación de la República, en fecha 6 de Agosto de 1825, que el pueblo aceptó. Según Ortiz Linares, quien extrajo los datos del Archivo Histórico que considera valiosos con respecto de este pasaje tan relevante de nuestra historia, Medinaceli proclamó la Independencia de el Alto Perú, persuadido de que era lo correcto, pues se basa en la derrota de los realistas en la Batalla de Tumusla, último bastión y última trinchera del general Juan Pedro Olañeta, realista a ultranza, hasta el último momento se resistió a creer que la independencia de los pueblos sometidos por España alcanzarían la independencia

Después de la Batalla de Junín, Carlos Medinaceli se había replegado hasta el pueblo de Talina, cerca de Tupiza, Suipacha y de la frontera argentina. Y desde allí escribió una carta a Juan Pedro Olañeta, anunciándole que le seguiría hasta donde fuera para verlo derrotado. Escribió también al Mariscal Sucre, haciéndole conocer que desde allí y que el primer día de febrero proclamaría en la capital de los Chichas la Independencia de el Alto Perú, y así lo hizo con pleno conocimiento del mariscal, empero éste hombre, grande, generoso, para consolidar la voluntad del pueblo chicheño, lanzó el decreto de 9 de febrero y convocó a la lectura del Acta de Independencia para el día 6 de agosto.

La Proclama de Independencia del Alto Perú que realizara Medinaceli en fecha 1 de Febrero de 1825, tiene connotaciones importantes, las que ahora cuestiona Ortiz Linares. Para darle el valor que le atribuye este cuestionamiento he de transcribir la carta que él también lo hace:

“Hoy, 1º. De Febrero de 1825 proclamamos nosotros en esta ciudad capital de Chichas, con todos sus pueblos y sus tropas a nuestro mando- El día 15 del corriente mes la proclamará en la capital Chuquisaca, el Sr. Cnl. Fco. López de Quiroga con sus Dragones de la frontera. El Cnl. Juan Ml. Mercado ocupará Santa Cruz.

Si el general Olañeta, el Cnl. Valdéz y otros jefes no recapacitan, rectifican su conducta y no admiten al fin la Independencia de la Patria, lucharemos contra ellos y los reduciremos.

No lo duden.

Aun Tarija con el Gran Guerrillero, Cnl. Eustaquio Méndez, está enviándonos 500 hombres de refuerzo con lo cual nuestro Regimiento y Batallón “Cazadores” y “Chichas” comandados por los Tcnls. Melchor Daza y Miguel Mérida contarán con 1.300 efectivos.

Cotagaita, Febrero 1º. de 1825. Cnl. Carlos Medinaceli.”

Sin embargo de lo escrito del Dr. Ortiz tiene relevancia y sugiere que este fue un acto patriótico que debe darse valor o, en otras palabras, los documentos expuestos “irrebatibles”, cambiarían el curso de la historia y deberían ser aceptados como un hecho legítimo, se prestaría probablemente a gran debate si se tuviera que poner en tela de juicio dicho documento y el planteamiento mismo. Es cierto que a tiempo de los ajetreos políticos en los últimos días de la Colonia y con el firme propósito de proclamar la Independencia, han habido en juego grandes intereses entre gente viciosa y corrompida, pero esa es la olla de siempre en que se cuecen eventos de esa naturaleza. En Colombia, Venezuela y Ecuador también los ha habido. No otra cosa muestra la ingratitud para con Bolívar, y el asesinato de Sucre.

Respetando el buen criterio del Dr. Ortiz, personalmente, creo que probablemente una revisión de la historia a estas alturas ya no podría cuajar. Tendría que ser una Ley de la República, pero la proclama y leyes se han marcado en forma indeleble en los hombres y mujeres de esta patria... se han cristalizado. Ya no se puede castigar a intrigantes de dos caras como Casimiro Olañeta, con el olvido, la reforma, y abrogar la Proclama de Independencia estampada en el mármol y bronce de la Historia un 6 de agosto de 1825.

Oruro, octubre de 2011.

(*) Abogado, historiador, novelista, Miembro de Número de La Academia de Ciencias Jurídicas. Miembro de UNPE, miembro de la Sociedad de Historia y Herografía de Oruro.

Fuente: LA PATRIA
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