Sábado 08 de octubre de 2011
ver hoy
Muerto se quedó en la soledad. Nadie lo conocía. Sólo lo reconocía el silencio. Son estampas diarias del diario de la vida. Se precisa una dimensión humana contra el aumento de la sinrazón. Para nada me interesa el esfuerzo financiero en defensa. Lo que hay que defender es el pan de cada día y el buen reparto de ese pan. Eso de recapitalizar la banca es la mayor injusticia del siglo. Una puñalada más al llanto de los pobres. Todo lo que se derrocha, todo lo que dilapidan las clases pudientes, se clava como un puñal en el corazón de los hambrientos. Lo sabemos pero hacemos bien poco por evitarlo.
Sobre el mundo negro de los indigentes se escriben a todas horas historias que todos conocemos, historias a las que nos hemos acostumbrado, historias que jamás debieron escribirse a fuego humano. Es la consecuencia del dominio del más fuerte sobre el débil. La vuelta atrás y la revuelta a la necedad. Mucho amor propio pero falta el amor a los que nadie quiere. Se encuentra en cada esquina el puñal de los poderosos. Habita el amor de intereses, no el amor verdadero, aquel que no espera ser recompensado. En las prisiones de muchos países sólo hay pobres. Algunos de estos desheredados su único delito es haber cruzado ilegalmente las fronteras en busca de un trozo de luz para poder vivir. No entiendo nada. Nada entiendo. ¿Por qué representan una amenaza para la sociedad estas gentes pobres, casi siempre grandes de corazón? Que me lo expliquen.