Al escuchar la voz del presidente Evo quien hablaba desde Sucre inaugurando los Juegos Deportivos Plurinacionales que llevan su nombre, llamé a gritos a mi abnegada acompañante que ese momento se encontraba haciendo gimnasia bancaria con una de sus clientes abandonando su práctica deportiva para acudir a mi llamado.
Admiramos la versatilidad de nuestro gobernante quien tiene que referirse a toda clase de asuntos como si no tuviera colaboradores capaces que puedan representarlo y hablar en nombre suyo, informándome Macacha que llegan a cincuenta los Ministros y Viceministros, sin contar los Asesores que también lo colaboran, como mis amigos yatiris encabezados por el Canciller Choquehuanca; sobre este singular personaje, mi comadre me anotició que en esos momentos Choqui -como le llaman sus intimeits- se encontraba en Sudáfrica estrechando relaciones entre esa nación y nosotros, los morenitos bolivianos.
Volviendo a los Juegos Deportivos “Evo Morales”, la cochabambina y yo aplaudimos su realización aunque mi previsora amiga me dijo: “Al final de estos juegos habrá que ver cuánto costaron y cómo se gastó el dinero para realizarlos.
Como vivo despistado en asuntos deportivos, pregunté a Macacha que es una especie de sabelotodo acerca de las pruebas que se realizarían en las instalaciones deportivas que fueron construidas durante el gobierno del General Banzer, incluyendo a la Villa Olímpica, enterándome recién que habrían muchas, entre ellas fútbol, fulbito y algunas competencias atléticas, confesando a la cochabambina que todas me parecieron muy interesantes aunque faltaban algunas pruebas auténticamente bolivianas como el Rasquetbol. Al escuchar por vez primera, mi comadre creyó que yo me había equivocado y que quise decir Basquetbol o Baloncesto.
Dije a mi interlocutora quechua que yo no me había referido al Basquetbol, sino al Rasquetbol, deporte que practicamos en Bolivia desde las épocas del incario y que es, sin duda alguna, pasión de multitudes porque sólo consiste en rascarse las cachinas el mayor tiempo posible, ya sea en la Asamblea Legislativa, en los Ministerios, en la Vicepresidencia de la República, en las fábricas, en las minas y en todo centro laboral, sin olvidar a las Alcaldías y a las Gobernaciones.
Macacha me escuchaba absorta y me preguntó si ese deporte era exclusivamente masculino, aclarándole que también lo practicaban algunas mujeres que se rascaban otras partes de sus cuerpos.
Mi comadre Macacha que es muy trabajadora tuvo la sinceridad de confesar que a muchas les gusta este deporte practicado por mí, teniendo que aclararle que yo no inventé y que ahora paso algunas horas de mi jornada escribiendo los Reglamentos de Rasquetbol porque es tan placentero rascarse en día de paro general, huelgas por cualquier motivo que es preciso reglamentar este deporte para que no nos “mamen” algunos funcionarios del Gobierno que sin avisar a nadie se van a Sudáfrica a practicar el Rasquetbol.
PAULOVICH
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