Ciencia-Arte-Filosofía-Religión

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Toda cultura superior se sustenta sobre las cuatro columnas torales de la Sabiduría: Ciencia, Arte, Filosofía y Religión, que deben desarrollarse, dentro de nosotros, en equilibrio y equidad, como cuatro patas de una mesa que deben ser de la misma magnitud e importancia, porque si una de ellas es más grande o más pequeña que las demás, ésta pierde firmeza y se desequilibra, no pudiendo sustentar algo por mucho tiempo.

El Arte es el medio mediante el cual desarrollamos nuestra capacidad creadora, las habilidades, destrezas y talentos necesarios para expresar belleza y sabiduría en todos los ámbitos. El Arte debe servir para manifestar la armonía dentro de nosotros y el perfecto equilibrio con la naturaleza y el cosmos, motivando en nosotros, estados de genuina alegría y felicidad continua.

Mediante el arte deberíamos aprender las verdades supremas de la creación expresadas en sublimes pinturas inspiradas en el Arte Regio de la Naturaleza, maravillosa música, expresión de los sonidos de las esferas, obras de Teatro que nos inculquen los valores esenciales universales, Danza armoniosa inspirada en el fluir y refluir de la vida libre en su movimiento, Arquitectura monumental y Escultura exquisita que muestren las leyes sagradas que sustentan el universo. Lo más importante es desarrollar el arte del saber vivir, conscientes y libres, experimentando alegría de instante en instante.

La Filosofía, que significa Amor a la Sabiduría es un funcionalismo de la consciencia que debe desarrollarse en nosotros en forma natural y espontánea en base a la experiencia directa de lo real, que nos permite adquirir el auto-conocimiento de sí mismos y la comprensión de todo lo que nos rodea. La Filosofía no debe ser un cúmulo de información teórica del pensamiento humano, más bien debe ser el motor activo que nos lleve a desarrollar nuestra propia manera de pensar y de sentir en función al conocimiento que vamos adquiriendo en el camino de la vida, que en síntesis es la búsqueda de la sabiduría que nos permita responder a estas tres preguntas de la filosofía clásica: ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Hacia dónde vamos? Quien encuentra con certeza y en forma vivencial las respuestas a estas tres preguntas, dentro de sí mismo, se convierte en un verdadero maestro de la humanidad.

La Religión es el cuarto pilar, tal vez el más importante por que confiere el sentido a nuestras vidas. Religión viene del vocablo “religare” que significa volver a ligarnos con el origen, con el principio con el gran Arquitecto del Universo. Es la mística que encontramos y vamos desarrollando y que se convierte en la fuerza más poderosa en nuestro interior, porque es la florescencia del espíritu en nosotros; la esencia, que es la semilla de Dios, germina y empieza su desarrollo para convertirse en el frondoso árbol de la vida que da sus maravillosos frutos espirituales, transformándonos en verdaderos hombres y mujeres, en sublimes criaturas conscientes del verdadero sentido de la vida, que es un maravilloso don que debemos saber aprovechar para poder religarnos con el origen y experimentar la suprema felicidad.

Estructuremos nuestras vidas desarrollando equilibrada y armoniosamente estos cuatro pilares de la sabiduría universal dentro de nosotros mismos, convirtiéndonos en: Expertos científicos experimentadores de las verdades universales, sublimes artistas creadores de belleza y alegría en cada instante de nuestras vidas, sabios filósofos dueños de nuestra propia doctrina de vida basada en la Sabiduría que se expresa rebosante en nuestro interior y en místicos sacerdotes de la orden de Melquisedek irradiando Amor supremo a toda la creación en donación perfecta, retribuyendo agradecidos, todo lo que recibimos cada instante de la Madre Divina, del Padre Creador y del Hijo Omnimisericordioso.

Fuente: LA PATRIA