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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 La camisa de Evo - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
Cuando algunas personas se vuelven famosas e ingresan a la Historia hasta sus prendas más íntimas son disputadas por los museos y los coleccionistas, alcanzado éstas precios altísimos como sucedió con los calzoncillos de Napoleón cuyo modelo aún perdura y yo los utilizo en el invierno sin importarme que pudieran parecer poco sexys.
Esa digresión viene a cuento de una noticia aparecida en “El Deber”, diario nacional que se edita en Santa Cruz y no escapó a la curiosidad de mi comadre Macacha cuando leía para mí las noticias diarias y que dan la vuelta al mundo en pocas horas.
Ella abrió desmesuradamente sus “chaskañawis”, releyó la noticia y exclamó: “¡Qué maravilla! La camisa de nuestro presidente Evo será conservada en un museo de Cuba, junto a las camisas que usaron Fidel Castro, el venezolano Hugo Chávez, el ecuatoriano Correa, y otros próceres de la liberación latinoamericana”.
Continuó con su lectura y agregó: “Y no sólo eso sino que también figurará, también en ese famoso museo revolucionario, la camiseta verde marcada con el número 10 que Evo utilizó en sus encuentros de fútbol hasta lesionarse la rodilla”, lo cual me pareció un hecho muy justiciero.
Comentando la noticia, la cochabambina me preguntó si yo sabía de alguna otra camisa presidencial boliviana había ingresado en los terrenos de la historia, y haciendo memoria le respondí que en el anecdotario histórico se cuenta que el tirano Mariano Melgarejo dijo una vez que “no tenía confianza ni en su camisa” y sacándose tal prenda la colocó en una silla y le descerrajó varios balazos.
Tal relato hizo meditar a mi talentosa pariente espiritual para luego decirme: “Según parece, en estos últimos tiempos, Evo va perdiendo la confianza en muchos de sus allegados que manifiestan su disconformidad con muchas decisiones del que antes era su jefe indiscutible, su casi dios”.
Cauteloso ante las palabras de la cochabambina inteligente le pregunté si había sentido orgullo patriótico al lavar alguna vez una camisa mía, respondiéndome con la sinceridad que la caracteriza: “La verdad es que no he sentido emoción patriótica al lavar alguna de sus camisas sino la tentación de decirle que se compre otras más nuevas y más modernas y juveniles porque las que lleva hoy sólo están para donarlas al Museo Hugo del Carril”.
La crítica a mis camisas me llevó a pensar que Melgarejo tuvo razón cuando dijo: “No tengo confianza ni en mi camisa”, como tampoco debería tenerla nuestro presidente Evo porque cuando tus amigos comienzan a llevar tus camisas y tus camisetas deportivas al Museo de Cuba te están diciendo “que el tiempo va pasando”, como nos enseña en sus relatos deportivos un buen amigo periodista deportivo.
PAULOVICH
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