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Sábado 01 de octubre de 2011

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Revista Tu Espacio

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Liderazgo de la Sabiduría

01 oct 2011

Por: El Alquimista

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Experimentando los tristes acontecimientos actuales, reflexionemos profundamente sobre el liderazgo que estamos apoyando.

En muchos pueblos y culturas de la antigüedad el liderazgo que se aplicaba era el liderazgo de la sabiduría, el liderazgo de la conciencia, el liderazgo del amor. Es por eso que en forma natural y espontánea los ancianos más sabios eran los que regían los destinos de sus pueblos. Reunidos en un consejo, se encargaban de marcar las pautas existenciales, las conductas religiosas, los valores morales y los comportamientos éticos, que, en base al libre albedrío, debían seguir todos los miembros de su comunidad, que respetaba y quería profundamente a estos sabios líderes sin necesidad de que ellos tuvieran que ganarse esa confianza mediante actos proselitistas, demagógicos o mediante la compra de influencias e indulgencias. El pueblo sencillamente respetaba y amaba a sus ancianos por su liderazgo sabio, inteligente, creativo, equilibrado, amable, moderado, productivo y siempre en favor del bien común, en perfecta armonía con la naturaleza y con justicia igualitaria para todos, aplicada con misericordia.

Podían gobernar sin problemas porque basaban su gobierno en el imperio de la ley divina, que es la ley del amor consciente y la expresión de los valores universales eternos. Las mayores aspiraciones de estos pueblos estaban relacionadas con los logros espirituales y culturales, cultivando el desarrollo de las virtudes, en equilibrio con la madre naturaleza, respetando el medio ambiente, en paz y armonía entre todos, como una gran familia orientada al servicio del bienestar integral de cada uno de sus miembros, sin distinción alguna.

Cuan diferente es hoy el liderazgo en todas las partes del mundo, es un liderazgo torpe, un liderazgo inconsciente, interesado, basado en el egoísmo, la codicia, el abuso de confianza y de poder, la corrupción y la violencia, sin respeto de los derechos básicos de convivencia.

Hoy, líder es el que grita más fuerte, el que miente más, el que ofrece cosas que no va a cumplir, el que más influencias compra, el más atrevido, el más desvergonzado, el más arrogante, el que más avasalla, en fin, líder en nuestros tiempos es aquel que expresa los anti-valores universales, que en la antigüedad eran considerados inaceptables, inadmisibles en el comportamiento humano.

Estamos viviendo una época de bancarrota de todos los valores esenciales, una época de decadencia donde la corrupción y la concupiscencia con el delito son el pan nuestro de cada día, una época donde el amor, la castidad, la humildad y la sabiduría son consideradas pasadas de moda y lo único que cuenta es concretar los intereses personales, cueste lo que cueste, sin importar si para lograrlos, se pisotea al prójimo, se causa sufrimiento o dolor. Lo único que importa son los resultados económicos, políticos y partidarios sin tomar en cuenta el costo social, el sufrimiento humano. ¿Por qué hemos llegado a estos extremos? -Porque los edificadores de la humanidad, los grandes líderes desde hace muchos siglos atrás se han venido formando bajo el sistema del egocentrismo, de la inconsciencia, divorciándose cada vez más de las leyes universales eternas, convirtiéndose en líderes inconscientes, igual que todos nosotros, porque hemos ido sistemáticamente acallando nuestra consciencia siendo cómplices con el delito, concupiscentes con la inmoralidad, mudos ante la corrupción, la violencia y el crimen que han ido invadiendo el accionar de la sociedad como un cáncer mortal que todos nos hemos contagiado y ahora es muy difícil de erradicar porque ha tomado centros vitales; todas las instituciones mundiales se han contaminado con la terrible enfermedad, que es: Egoísmo, carencia de amor e ignorancia de la verdadera sabiduría. Todos los edificadores de la humanidad, los líderes espirituales, políticos, empresariales y sociales, etc., aquejan la misma enfermedad.

El único remedio que existe para esta humanidad enferma es el volver a cultivar los valores universales eternos, las virtudes conscientes. Debe gestarse un drástico cambio moral, en nuestro planeta, en especial en nuestros líderes, si queremos sobrevivir, caso contrario estamos destinados a desaparecer como humanidad.

Volvamos a vivir en función de las enseñanzas antiguas y sabias de esos preclaros seres, verdaderos edificadores de la humanidad, que nos hablan de la aristocracia del espíritu, de la moderación y el equilibrio en nuestras apetencias y deseos, del amor incondicional al prójimo y a toda la creación, de la amabilidad y cordialidad en todas nuestras relaciones, de la sensibilidad humana, de la tolerancia, de la mansedumbre, de la caridad universal, del servicio amoroso y desinteresado. Enseñanzas maravillosas que transforman nuestras vidas en felicidad y plenitud, ya que la felicidad es amor transmutado, amor en acción. Aprendamos a amar conscientemente con sabiduría y seamos líderes conscientes para servir a nuestros semejantes, como el Maestro Jesús nos mostró con su vida de amor, sacrificio y entrega totales.

Para tus amigos: