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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 ¿Ángeles o energía? - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
Desde hace algunos años, una corriente está propagando por todas partes, la práctica de la llamada “comunicación con ángeles”, consistente en invocar presuntos “seres angélicos”, promovida muy particularmente por la New Age o Nueva Era, mediante publicaciones escritas de todo tipo, conferencias, y el entusiástico apoyo de programas televisivos, hay una invasión de toda clase de “representaciones ángélicas” impresas, estatuillas, artículos decorativos, etc.
Supuestos ángeles a quienes les atribuyen actuaciones diferentes a las de los ángeles de Dios; pues éstos parecen no conocer los designios del Todopoderoso sobre los hombres, ni cuál es el verdadero plan de Dios. Tratan de introducir en los seres humanos herejías y errores graves sobre la doctrina de Jesucristo, especialmente en cuanto se refiere a la salvación de los hombres.
“Al definirlos como energía pura, niegan la condición de seres personales de los ángeles de Dios, creados por Él, los cuales no son ni energía, ni esferas de luz”.
Ya San Pablo, combatió la idea judaica, de que los ángeles fueran semidioses, y hablando de los engañadores nos dice que “el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz” (2 Cor 11, 14).
La palabra ángel es una traducción de la palabra hebrea malak. En las Sagradas Escrituras significa mensajero, enviado. Indica apenas una función y no la naturaleza u origen del mensajero o enviado. La Biblia considera a los ángeles como seres enviados por Dios para guiar al pueblo, dirigir a las personas, anunciar la voluntad de Dios, conjurar los peligros, castigar a los transgresores.
Los ángeles son seres inmortales, criaturas puramente espirituales que Dios creó al principio del mundo, antes de crear al hombre, y a quienes dotó de una inteligencia superior a la de aquél y de una voluntad libre y pronta, cuya función es “servir a Dios, su Creador o obedecer solamente la voluntad divina”.
Lucifer, el más bello de todos los ángeles, conociendo su grandeza y su belleza, ni quiso atribuírselas al que se las había dado. Pensando que podía bastarse a sí mismo y alcanzar la potencia de Dios, arrastró consigo una hilera innumerable de ángeles. Este acto libre, llevado a cabo por inteligencias tan perfectas, hacía imposible de parte de Dios el perdón y la reparación, lo que, al contrario, fueron concedidos al hombre, estos ángeles rebeldes fueron llamados demonios y precipitados al infierno. Ellos odian a Dios y por nada renunciarían a su situación, a pesar de ser tan infelices. Odiando a Dios, odian a los hombres, a los cuales envidian la encarnación y la redención. Son astutos y malvados, captan el lado débil de cada criatura y se sirven de eso para hacerles caer.
El máximo teólogo, Santo Tomás de Aquino sostiene que, siendo los ángeles servidores de la Providencia Divina, no sólo la vida de cada ser humano, sino también las naciones, ciudades, iglesias y comunidades están bajo su protección y cuidado. Las apariciones de nuestra Señora de Fátima a los niños pastores estuvieron precedidas por el Ángel Guardián de Portugal.
El Aquinate incluye en la Summa Teológica un amplio estudio sobre los ángeles y señala que independientemente de sus respectivos ángeles de la guarda, a las personas que tienen responsabilidades importantes como el gobierno de las naciones, comunidades civiles o comunidades eclesiásticas (obispos, abades, superiores, párrocos, etc.), les son asignados uno o más ángeles cuando asumen estas elevadas tareas para ser asistidos en la conducción de las personas encomendadas a su cuidado. San Anselmo afirma que el Ángel de la Guarda le es asignado a cada persona en el instante mismo de su concepción, es decir “cuando el alma se une al cuerpo”.
Los ángeles están divididos en tres esferas o jerarquías y nueve coros:
1. La primera jerarquía contempla y adora a Dios: los Serafines, quienes “sobresalen en lo que es la suprema excelencia de todo al estar unidos a Dios mismo”. Los Querubines, “conocen los secretos divinos supereminentemente”. Los Tronos, “son elevados hasta ser los recipientes familiares de Dios en ellos mismos”.
2. La segunda, mantiene y gobierna la creación: las Dominaciones, “señalan aquellas cosas que se deben hacer”. Los Poderes, “ordenan cómo, lo que ha sido mandado o decidido, debe ser realizado por otros”. Las Virtudes, “dan el poder para realizar lo que se tiene que hacer”.
3. La tercera está al servicio de la Iglesia y ejecuta las órdenes del Altísimo: los Principados, quienes son los “generales y oficiales en la ejecución de cualquier acción”. Los Arcángeles, quienes “anuncian las cosas más importantes. Por esta razón el Arcángel Gabriel fue enviado a la Virgen María”, y, los Ángeles, quienes “simplemente ejecutan lo que tiene que hacerse” (Summa Theologica, Q 108, 112).
“La Iglesia prohíbe el uso de nombres de ángeles que no se encuentren en la Biblia”, por ella, conocemos solamente los nombres de tres arcángeles: Miguel (el ángel del Padre) que significa “Quién como Dios” y es considerado el gran defensor de la Iglesia; Gabriel (el ángel del Hijo) significa “Fuerza de Dios” y Rafael (el ángel del Espíritu Santo) que significa “Dios sana”.
La fantasía popular y la literatura apócrifa (no inspirada) elaboraron otros nombres y funciones para los ángeles, hábilmente explotadas por los nuevaeristas. En los escritos esotéricos en boga, encontramos ángeles para todo, incluso para funciones sin sentido o absurdas. El ritual para el culto de los ángeles, propuesto por tales escritos, es sincrético, alienante, intimista, arbitrario y mágico.
Debemos ciertamente incrementar nuestra devoción a los santos ángeles que traen entendimiento, fuerza y perseverancia a las conciencias humanas, y debemos regresar a la oración y devoción a nuestros ángeles de la guarda, ellos luchan en niveles que nosotros simples humanos no podemos ver, debido a que el intelecto angélico es mucho mayor al nuestro, porque no depende de la materialidad, es un intelecto infuso, que les sirve en sus roles providenciales como una fuerza indispensable para la Iglesia. Veneremos e invoquemos adecuadamente a los ángeles de Dios.
(*) Director Nacional Pioneros de Abstinencia Total
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