Preservar el Tipnis

El Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), constituye uno de los últimos pulmones y un santuario de la naturaleza donde conviven en completa armonía unos 11.000 indígenas con la flora y fauna del lugar.

Este santuario quiere ser destruido por el gobierno del presidente Evo Morales que insiste en construir una carretera que partirá el corazón mismo del Tipnis.

Ningún argumento pudo hacer cambiar de opinión al mandatario boliviano que en reiteradas oportunidades repitió que la carretera “sí o sí” pasará por el trazo previamente fijado.

La noche del lunes convocó a los medios de comunicación a Palacio de Gobierno para emitir un discurso en el que negó que haya ordenado la violenta represión a la marcha pacífica de los indígenas del Tipnis que se oponen a la construcción de esta millonaria vía financiada por el Brasil.

La Policía actuó de manera violenta y reprimió a los marchistas sin distinguir a mujeres, ancianos y niños.

Efectivos policiales cargaron contra mujeres a quienes amordazaron utilizando cinta de embalaje, y les amarraron las manos para luego conducirlas a rastras hasta vehículos policiales que habían llegado hasta el lugar de la marcha.

Esta acción provocó una airada respuesta por parte de varios sectores de la población que unieron sus voces de protesta para castigar a los culpables de la represión.

El Gobierno sufre ahora una de sus peores crisis políticas con la renuncia primero de la ministra de Defensa, Cecilia Chacón, seguida del viceministro de Régimen Interior, Marcos Farfán, la directora de Migración, María René Quiroga y por último, el ministro de Gobierno, Sacha Llorenti, a quien se acusa de ser responsable de la represión a los indígenas.

Parece haber llegado la hora en que el presidente Morales escuche al pueblo ya que en reiteradas oportunidades dijo que gobierna escuchando al pueblo.

Se debe proceder a aprobar un nuevo trazo para el tramo II de la ruta entre Villa Tunari y San Ignacio de Moxos, para preservar el parque, una maravilla de la naturaleza que aún tenemos en Bolivia y permitir a la marcha indígena llegar hasta La Paz, evitando enfrentamientos con los sectores sociales que apoyan al llamado proceso de cambio.

Fuente: LA PATRIA