Miercoles 28 de septiembre de 2011
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La mayoría de la población del Tercer Mundo cree que “somos pobres por ser subdesarrollados” y la verdad es que es lo contrario: somos subdesarrollados porque somos pobres. El mundo rico y desarrollado ha pasado, en su tiempo y bajo circunstancias diversas y diferentes, por idénticas condiciones; pero, en todo caso, ha encontrado la causa: grados de relativa o extrema pobreza. Analizó sus diversas calidades y condiciones. Estableció que la primera y más decisiva para la existencia de la pobreza acompañada de enfermedades y muchas condiciones que implicaban miseria y dependencia, se debían a la falta de educación.
Los pueblos ricos han entendido que había que superar la pobreza en las mentes de su colectividad; han comprendido sus dirigentes que en “cabezas huecas no cabían sesos ricos” y emprendieron labores educativas, formativas de valores y propensas a entender las falencias de sus pueblos y hacerles frente. Han entendido que la solidaridad es buena cuando es compartida por todos, cuando no hay dependencia de nadie y todos contribuyen a combatir lo que hace daño, lo que perjudica y atrasa, lo que implica dependencia y humillación.
