En Oriente Medio algunos de los dictadores han ido cayendo como fichas de dominó después de se iniciara en Túnez el levantamiento contra Zine El Abidine Ben Ali, para luego continuar en Egipto, Libia, Siria, Yemen, etc.
Los hechos nos muestran que la mayoría de los países de la región han sentido que se les ha movido el piso, ese rosario de regímenes que le debían demasiado a Estados Unidos y Europa por el apoyo brindado durante casi medio siglo ya sea directa o indirectamente para que puedan mantenerse en el poder en forma autoritaria y despótica, basta recordar que Ben Ali Y Hosni Mubarak eran miembros de la Internacional Socialista.
En este escenario al país que lo agarraron por sorpresa estas revueltas fue sin lugar a dudas Israel, en virtud de que había disfrutado de una paz relativa con sus vecinos debido fundamentalmente al tratado de Camp David firmado en 1979 con Egipto. Al respecto, el primer ministro egipcio, Esam Sharaf dijo en los últimos días que “este tratado no es una cosa sagrada, el mismo que puede en todo momento discutirse o modificarse por el interés de la región o sencillamente de la paz, debemos ocuparnos de la raíz del problema y, el problema en Oriente Medio es la ocupación israelí de la tierra palestina”.
Hace algunas semanas, en una violenta manifestación, fue invadida la embajada de Israel en Egipto. Activistas jordanos convocaron últimamente a una “marcha de un millón de hombres”, contra la embajada de Israel.
Israel tenía embajadores en Turquía, Egipto y Jordania y los tres han sido repatriados. Ha vuelto a sufrir ataques terroristas y se dispone a vivir en prácticamente intramuros, con una muralla en Cisjordania, otra en Gaza y una tercera todavía en construcción, en la frontera egipcia.
La última sorpresa constituye la decisión de los dirigentes de la Organización de Palestina (OLP) de acudir a la ONU para reclamarle que reconozca a Palestina como Estado, el presidente palestino Mahmud Abbas ha anunciado que llevará la propuesta al Consejo de Seguridad del organismo en un claro desafío a EE.UU., Europa e Israel.
La situación Oriente Medio es compleja y difícil pero no imposible de solucionar, seguramente ningún país, incluido Israel, se sienten cómodos de vivir como en un polvorín o sobre una bomba de tiempo por lo que es un imperativo utilizar a la brevedad posible a los mejores hombres de la diplomacia de los países de la región y lograr encontrar el punto de inflexión en la relaciones internacionales de los países involucrados y alcanzar la paz tan anhelada por todos sus habitantes de tan importante región, respetando el derecho que tienen todos los estados a la seguridad y tener fronteras seguras e inviolables con plena vigencia del Derecho Internacional.
Todos los países del mundo en general y los países de Oriente Medio en particular necesitan más que nunca desarrollar el comercio, la cooperación y la tecnología para beneficio mutuo y recíproco. Imaginémonos que Oriente Medio lograra solucionar los problemas geopolíticos, superar las dificultades especificas inherentes a la región, entonces estaría en condiciones de competir con cualquier otro bloque económico del mundo, más aún tomando en cuenta los ingentes recursos naturales y financieros que posee y que son usados actualmente marginalmente, además del gigantesco mercado interno que podría ser conformado.
(*) Ex corresponsal en Estocolmo
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.