El honor e imagen de Bolivia

El carísimo vicepresidente don Álvaro García Linera, declara que no se utilice con fines políticos la sentencia contra el señor René Sanabria Oropeza, y a reglón seguido habla de no dañar al país. Convenimos en que, el honor de la nación está por sobre todo, la dignidad tal como es y debe entendérsela. Pero, ¿cuál es la imagen de Bolivia en el exterior? Un Estado, parado, bloqueado permanentemente, con rivalidades que lindan en lo increíble, con odios que nunca terminan, ni con los otros gobiernos, menos con el presente del Presidente Morales Aima.

Cada día, descubren a compatriotas con droga en los aeropuertos, cada día se descubren negociados, cada día en las calles de las principales ciudades de Bolivia se mata por atracos comunes, pasionales o de otro índole. Al fin delitos, en capitales que no superan los tres millones de habitantes como son cualquiera de las metrópolis vecinas, caso Brasil, Argentina, Chile, y otros países.

El ex- General Sanabria Oropeza ha sido el tercer hombre que tenía las manos del poder en el Gobierno. Primero en saber es el ministro de Gobierno y éste a su vez, informa al señor Presidente del Estado, sobre la seguridad interna e internacional. El jefe de inteligencia es, el hombre clave en un gobierno. La pregunta: ¿Cómo el gobierno no sabía dónde está o qué hace su jefe de inteligencia?, ¿Existe contrainteligencia, como es normal en estos casos, o sólo es para la represión de pensadores, políticos y ex adherentes?

Para una anécdota, le pasamos el dato publicado por Presencia Literaria, en la que se mostraban cartas del desaparecido presidente don Víctor Paz Estenssoro a su hijo don Ramiro Paz. Cartas que revelaban que Ramiro era seguido por los servicios primitivos de inteligencia del coronel Claudio San Román. Decimos primitivos, porque no había la tecnología de hoy, los celulares que han invadido hasta la vida privada de las personas en pleno siglo XXI

Por lo tanto, el general no era, no es un policía raso o un ciudadano común. Era un general de la República. ¿Nos dejamos entender? Estas razones son valederas en todas partes, en tanto y cuanto se quiera entenderlas. Su fuerza radica precisamente en ser parte de una verdad, porque quizás la verdad, no la tengamos en la relatividad de todo y, en particular del pensamiento.

El otro retrato que se tiene del país allende las fronteras es que, somos un país ingobernable, anárquico en querella permanente entre nosotros, disputándonos límites, presuntas fronteras, parcelando municipios con el mejor título: llámense estos derechos por ingresos de acuerdo al crecimiento demográfico, de los pueblos de las aldeas y capitales. ¿Y, las verdaderas fronteras con nuestros vecinos? Desguarnecidas, pueblos viviendo como pueden en su misma patria. El campo político no es el mejor: Mentirosos, embusteros, mitómanos, con el olañetismo en nuestras venas y arterias. En Bolivia, todo se miente sostenía el grande don Franz Tamayo Solares.

Para un connacional, viajar es un ultraje, una mirada sospechosa, una revisión meticulosa, sin miramientos de su condición de género, viejo o joven referente a los privilegios de las edades. Nos hicimos fama, esa fama, no la quitaremos de la noche a la mañana hasta que no haya una política seria en materia de prevención, represión de las drogas ilícitas, su comercialización en todo el orbe.

Ahora, convengamos con el señor Vicepresidente que, no debe utilizarse la justicia, en una actitud política. Correcto! Plenamente de acuerdo! ¿Y, como andamos por casa? Todos los juicios tienen influencia político partidaria, el Gobierno está a punto de tomar todo el poder judicial con una elección cuestionada por una mayoría. Los candidatos, desconocidos un buen porcentaje y otros sin la trayectoria de los grandes jurisconsultos.

Por otro lado, sería una necedad que sostengamos que, el actual Gobierno nacional es responsable del aumento del narcotráfico en el país. Sostener ese extremo es tener pruebas que nos convertimos en un "Narco-Estado." No contamos, con pruebas fehacientes sobre este tema, por lo tanto no seremos temerarios en una afirmación. Los indicios abundan, y en derecho lo que se afirma, se prueba. La era del narcotráfico se inicia hace medio siglo, profundizándose en esta época, por razones eminentemente morales. Nuestra crisis, - lo dijimos en anteriores comentarios es moral - y no será fácil salir de un abismo en el que estamos involucrados todos.

Final: Renovamos nuestra fe en la fortaleza de Bolivia, debemos confiar una vez más, en el actual Gobierno que evitará males mayores poniendo fin a una marcha inhumana, cortando los enfrentamientos entre sus militantes y marchistas.

Pedimos de todo corazón: Todo menos una guerra civil entre compatriotas!