EDITORIAL

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En esta oportunidad, permítanme referirme al sentimiento más profundo que puede sentir el ser humano, como es el amor. Amor a la vida, amor al prójimo, amor a la naturaleza, al trabajo, amor al estudio, amor a la pareja cómo no, y amor a cada una de las cosas que en nuestro cotidiano vivir hacemos.

El 21 de septiembre, una fecha tan especial, que lógicamente, fue celebrada por los enamorados: Rosas, chocolates y peluches, fue un gusto recibirlos. Sin embargo, esa ocasión también debe ser un pretexto para llenar los corazones de alegría, pues con ella llega la primavera, el verde de la esperanza, y el encanto de las flores.

Todos aquellos que no tuvieron una pareja para festejar, no deben sentirse mal, pues se trata de estar enamorado del amor, de ese sentimiento que es la conjunción de las acciones que demuestran eso que no se ve pero que sí se siente.

Ese día también recordamos a los queridos estudiantes, desde los más pequeñitos, hasta los universitarios y los que hacen post grados, todos aquellos que tienen la labor primordial de esforzarse en sus actividades académicas, para superarse y en un futuro, no muy lejano, sean los que conduzcan el país.

No podemos olvidarnos de los profesionales en salud, que son una bendición para muchos a los que les tocó ser atendidos por verdaderos médicos con vocación de servicio, a ellos, que desempeñan sus funciones donde se los requiera, sin escatimar esfuerzos y sin más interés que el de aliviar al que lo necesita, un gran homenaje de admiración y respeto.

Patricia Barriga Flores

Editora

Fuente: LA PATRIA